Los hechos deben validar los sistemas
de carrera por méritos comprobados

Los hechos deben validar los sistemas<BR>de carrera por méritos comprobados

VÍCTOR MELITÓN RODRÍGUEZ R.
El ciudadano Presidente de la República, doctor Leonel Fernández, acaba de reconocer que la «partidocracia» sigue reemplazando a la «meritocracia» en nuestro país, en el proceso de seleccionar, retener, promover y motivar a los empleados públicos.

El sociólogo Ramón Tejada Holguín ha expresado que tal declaración es correcta, pero agrega que «faltan hechos concretos que demuestren la voluntad política del mandatario para superar esa dañina práctica», que éste último prefiere llamar «clientelismo».

Muchos, talvez innumerables, son los puntos de vista a los problemas, o las facetas, desde los cuales se puede intentar la solución de la llamada gestión o administración de los recursos humanos del sector público de una Nación; máxime cuando de ésta apenas se puede decir que se halla en verdadera situación de atraso o subdesarrollo.

Se me antoja la siguiente reflexión, por vía de pregunta: -¿Es fácil llevar adelante las fases del trazado de políticas, de previsión formal, de estructuración u organización, de normatización, el financiamiento, el control, la evaluación o auditoría, así como la enmienda oportuna y deseable de un régimen nacional de Servicio Civil y Carrera Administrativa, de tal manera que resulte eficaz, transparente y éticamente aceptable?. Todo ello implica, en cualquier nación inmadura, de marcado atraso institucional, y -a veces- de alto riesgo de inestabilidad o ingobernabilidad.

Si en retrospectiva pudiésemos evaluar a todos los gobiernos nacionales que hemos tenido desde nuestra independencia política, o aún únicamente a los más duraderos, quizás ello sólo serviría para comprobar que la política inmadura e irresponsable, el caudillismo, la dictadura, el desempleo crónico y sempiterno, la pobreza generalizada, la insalubridad e inseguridad, la falta de un buen sistema educativo…, la voracidad económica de determinados núcleos sociales, entre otros factores, sólo han servido y sirven para perpetuar nuestro subdesarrollo general.

Queremos reproducir aquí un segmento de nuestra colaboración a la Revista de Administración Pública, puesta a circular recientemente por la Oficina Nacional de Administración y Personal.  En tal segmento expresamos lo siguiente (cit.):

«A fin de propiciar el establecimiento y desarrollo de los sistemas de gestión de personal, con base en la serie de principios que se recoge -por ejemplo- en las Constituciones Políticas de los países (de la región), podría ser de muchísima utilidad emprender distintos tipos de estudios y acciones como los siguientes: 1.- Estudios comparativos… -entre países-, de sus propios sistemas de personal público; 2.- Envío de personal nativo a observar experiencias exitosas de otras naciones; 3.- Obtención de asesoría calificada -nativa o foránea- con vista a profundizar los esfuerzos que esté realizando cada país; 4.- Desarrollo de todos los elementos y subsistemas de cada régimen de función pública: 5.- Esfuerzos serios de cada Gobierno para erradicar la incidencia partidista no calificada; 6.- Descongestionamiento de la burocracia estatal, por ejemplo mediante eliminación de personal no calificado o supernumerario; eliminación del nepotismo y el favoritismo; creación de empleos productivos, suficientes y bien remunerados; y selección riguroso del personal calificado indispensable; entre otras medidas no menos importantes.

Concluimos, repitiendo de dicha revista el párrafo siguiente:

De hecho, en lo tocante a la Carrera Administrativa General se ha avanzado en forma medianamente satisfactoria y se tienen expectativas de que se la hará avanzar, en plazos, formas y medidas razonables, con el andar del tiempo, y siempre que el poder político se decida a ofrecer todo el respaldo que para ello se necesita.

Verdad esperanzadora: «Se hace camino al andar», no antes.

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