Los hijos de agroproductores se resisten a seguir actividad

Los hijos de agroproductores se resisten a seguir actividad

San Juan .-Una seria amenaza pende sobre el futuro de la producción en esta provincia, pues no obstante los nuevos proyectos de desarrollo que se ejecutarán en los próximos cinco años en el área agropecuaria, el relevo generacional se resiste a dedicarse a esas labores.

No se trata de pesimismo, es una realidad pura y simple. Las edades del 80% de los pequeños y medianos productores agropecuarios oscilan entre los 60 y 70 años.
Estos lucen agotados, cansados, desilusionados, resignados, sin perspectivas futuras, conducta que los ha llevado a inculcarles a sus hijos esos pesares.

El rechazo de los hijos de los agropecuarios es tal, que estos, cuando regresan de vacaciones o en los fines de semana largos, ni sueñan con visitar las fincas de las que sus padres obtienen los recursos para costearles sus estudios profesionales.

Con la intención de prolongar su actividad agropecuaria por algunos años más, muchos productores de rubros tradicionales como arroz, habichuelas, guandul y cebolla, han optado por sustituirlos por frutales, especialmente limón y por la crianza de ganado para carne y leche, debido a que no requieren de ese diarismo constante, principalmente de tanta mano de obra, que por demás solo aparecen haitianos para ser contratados.

Informaciones ofrecidas por agricultores de la provincia indican que cada vez se reduce más la cantidad de jóvenes, hijos de tradicionales agricultores y ganaderos, que siguen el trabajo de sus padres.

A la falta de relevo se le agrega un enemigo permanente: la baja rentabilidad que registran cada año, producto de los altos costos de inversión y la poca demanda de sus rubros, que en muchos casos es provocada por los compradores.

También se agrega que por las dificultades para la comercialización y los altos costos de inversión, decenas de agricultores han decidido hacer una sola siembra cada año, de maíz o habichuelas, y luego rentan las fincas a los ganaderos. Otros simplemente las dejan abandonadas.

Los testimonios. El ingeniero Freddy Matos, uno de los productores agrícolas más exitosos, hace más de diez años que no cultiva arroz ni habichuelas -aunque eran comprados por el Ministerio de Agricultura por su calidad genética- y decidió cambiar hacia otros rubros.

El 80% del área que ocupa su finca decidió sembrarla de limón persa, y el restante lo dedica al pasto para el ganado.

Prácticas arcaicas. Uno de los principales escollos que confrontan los tradicionales agricultores es que aún utilizan sistemas rudimentarios para el cultivo, pues solo un 20% implementa modernas tecnologías.

Por ejemplo, en la siembra habichuelas rojas, el 85% utiliza el método siguiente: colocan aperos a un caballo, mulo y buey, les amarran una de las llamadas máquinas maniceras con dos sogas de ambos lados, montan un niño encima, si es yegua, un obrero detrás de la sembradora, lo que prolonga por varios días la siembra de 100 tareas de la leguminosa.

Con ese método arcaico, el agricultor debe pagar RD$500 por el alquiler de un caballo, RD$400 al obrero que maneja la sembradora, si es de su propiedad, y si tiene que alquilarla debe RD$300 por día, y RD$150 al niño que conduce la yegua, eso totaliza RD$1,350, y en día de trabajo solo siembra 10 tareas.

En cambio, utilizando le mecanización, con sembradoras de alta capacidad, tiradas por un tractor, pueden sembrar entre 100 y hasta 150 tareas, y solo invertiría RD$800 por día.

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