Los hombres y su cerebro

Los hombres y su cerebro

Universalmente se sabe que los hombres y las mujeres presentan muchas características que los diferencian. Tienden a reaccionar de manera distinta ante determinadas situaciones. Se dice que cada uno tiene mejores habilidades para adaptarse a diferentes tareas.

Hombres y mujeres difieren entre sí, pero no sólo por las cuestiones de género anteriormente mencionadas y que son puro convencionalismo; sino que también hay ciertas diferencias que van más allá del aspecto físico. Se trata de la estructura cerebral.

Los investigadores han hallado que para cuando un niño cumple los siete meses de edad, él puede discernir viendo el rostro de su madre, si está molesta o asustada. Pero para cuando cumple el primer año, él ya ha desarrollado inmunidad a las expresiones de ella y puede ignorarlas con facilidad. Además, los niños varones tratan de alcanzar los objetos prohibidos con mayor frecuencia que las niñas, pues a los 27 meses ya tomarán más riesgos e incumplirán más normas.

El niño varón es capaz de entregar flores a su madre, decirle que la ama y llenarla de besos y abrazos; pero cuando siente la necesidad de hacer algo, deja de lado las reglas que se le ha enseñado, porque por su naturaleza, los niños se interesan más en juegos de competencia, mientras que las niñas se interesan más en juegos de cooperación. Ganar es sumamente importante para los niños varones ya que, para ellos, el verdadero propósito del juego consiste en determinar el rango social. Desde una edad temprana, el cerebro masculino se muestra deseoso de jugar al combate, defender territorio y competir. Perder es inaceptable. Para un cerebro masculino joven, el triunfo del vencedor lo es todo.

No es necesario estudiar neurociencias para saber que a los niños varones les gusta todo lo que sea acción y aventura, están programados para: moverse, hacer que las cosas se muevan y ver cosas que se mueven.

Los científicos antes creían que dicho comportamiento estereotípico era consecuencia de la socialización, pero ahora se sabe que la motivación por el movimiento viene incorporado biológicamente en el cerebro masculino, porque durante el desarrollo fetal, las hormonas (testosterona y estrógeno) estimulan diversas áreas y genes del cerebro masculino y femenino. Por lo cual, dichas diferencias se ven reforzadas por la cultura y la crianza, pero tienen su origen en el cerebro.

La ciencia ha demostrado que el cerebro masculino difiere del de la mujer, sobre todo en lo referente al tamaño; el cerebro de los hombres es más grande que el de las mujeres. Aunque las razones de este fenómeno aún son desconocidas, se suele atribuir al hecho de que los hombres suelen ser físicamente más grandes que las mujeres. Por lo tanto, es lógico que esta característica también se refleje en el tamaño del cerebro.

Además, en los hombres predomina el uso del hemisferio izquierdo (lo cual no significa que no usen el derecho también). El hemisferio izquierdo se relaciona al pensamiento lógico y racional, mientras que el hemisferio derecho generalmente se asocia a las emociones y a la creatividad. De ahí, que los varones suelen ser mejores en matemática y tienen mayor habilidad espacial.

Según Simon Baron-Cohen, el cerebro masculino se caracteriza por la sistematización de las tendencias, en este caso se entiende por sistematización la coherencia para analizar, explorar y construir un sistema. Los hombres tienden a averiguar más cómo funcionan las cosas y a menudo tratan de entender las reglas que rigen el comportamiento de un sistema, con el fin de predecir o reinventar el mismo.

 

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