La tradicional insuficiencia de insumos en los hospitales fronterizos se ha tornado tan crítica que es casi imposible asistir a las decenas de haitianos heridos que llegan hasta en carretillas tras el terremoto del martes. La situación agrava el riesgo de muerte.
En Jimaní, Baoruco, Barahona, Azua, Elías Piña, y Pedernales, que reciben la mayor cantidad de lesionados, los médicos trabajan casi a mano pelá, pues escasea la sangre, el material gastable y de osteosíntesis (alambres, placas y tornillos), sueros de solución salina, focos y pilas secas, catéteres periféricos, vendajes, gasas, esparadrapos, antibióticos, analgésicos y anestesia.
En Jimaní, el personal sanitario ha solicitado el envío de ambulancias para trasladar a los más afectados a otros centros, dadas las limitaciones de la instalación. En el San Bartolomé, de Neiba, la situaicón es similar, y, obviamente, igual la necesidad de equipos básicos.
Lo mismo ocurre en el Jaime Mota, de Barahona y en el Taiwán, de Azua.
En tanto, desde el hospital Rosa Duarte, de Elías Piña, los heridos son trasladados en destartaladas ambulancias a San Juan de la Maguana y a las Matas de Farfán.
Los médicos voluntarios que han llegado desde otras provincias llaman a las autoridades a auxiliar a las víctimas, a suplir de material a los hospitales y enviar más personal.
Gran cantidad de ingresados han perdido miembros y otros están afectados por cangrena, sin poder ser intervenidos debido a las dificultades.
La mayoría son niños y jóvenes. Muchos llegaron solos a la frontera y penetraron a los centros, abarrotados por sus compatriotas.