Los hospitales públicos: espejo de la injusticia social

Los hospitales públicos: espejo de la injusticia social

El miércoles 28 de junio comentaba con una amiga la muerte de 14 recién nacidos en la maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, y como se agregaron comentarios sobre distintas experiencias de las que por alguna razón nos enteramos, y de las vicisitudes por las que tiene que pasar el 37 por ciento de los dominicanos que no tienen otra alternativa que la de acudir a un hospital público.
Nos abrazamos y lloramos como si los 14 niños fueran nuestros hijos y las demás personas que sufren la crueldad de que, además de padecer alguna enfermedad, deba compartir una cama con varias personas, o simplemente dormir en el suelo. El pensar en ellas fue suficiente para más lágrimas de impotencia…
La muchacha del servicio fue a brindarnos un café, y al encontrarnos llorando se preocupó; debimos decirle: no pasa nada, es por la impotencia de no poder hacer nada por las personas que van a los hospitales sin encontrar respuestas a sus males y por los niños que murieron el fin de semana.
Se ha tratado de dar miles de explicaciones por las muertes, pero cosa rara: ¿los 14 niños tenían que morir porque todos tenían condiciones congénitas?, o sea, ¿esos niños se “coordinaron” para morir los días sábado y domingo? Esa explicación es simplista y poco creíble.
Todo esto coincidió con que el viernes 30 se cumplieron los 108 años del nacimiento del profesor Juan Bosch, ocasión en la que muchos escribieron sobre el líder fundador de los dos principales partidos políticos del país.
Uno de los trabajos sobre el profesor Juan Bosch, que leí en la red Facebook, escrito por Daniel Cruz, quien lo define como un rebelde y patrimonio de la humanidad. Sí, Bosch fue un rebelde. Escribió sobre la pobreza y miseria de los campesinos de la sociedad rural que le tocó vivir, de las injusticias y de la necesidad de crear en la República Dominicana una sociedad donde la Justicia social fuera la cultura que nos identificara.
Si estuviera vivo, igual se pronunciara porque desde la democracia que surgió tras la desaparición de la dictadura, el tema de los malos servicios en los hospitales es una constante, que por demás viola un derecho fundamental de los dominicanos, el derecho a la salud previsto en la Constitución del 2010.
Los medios de comunicación dan cuenta de que 56 hospitales son intervenidos de manera simultánea, o sea que se reparan, y qué bueno, pero igual que con las escuelas el mal no se resuelve con construcciones, sino con la determinación de que los servicios de salud para los pobres deben ser buenos y de calidad, que por lo menos haya alguna señal de dignidad para ellos.
La inversión y mejoría en los servicios hospitalarios cambiaría el rostro de la pobreza, pero debe existir un compromiso serio con el criterio de justicia social y la dignidad de un pueblo que la merece porque es una deuda social que no se ha pagado.

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