El engreimiento de los perredeístas, en considerarse que son los mejores y mayoría entre los dominicanos, los ha llevado, en toda su historia política en el país, a creerse con el derecho de ser los señores de horca y cuchillo para hacer y deshacer cuando están al frente de los destinos nacionales, con tan mal tino, que todo lo dejan enredado, y al país, en bancarrota.

Desde el lamentable suicidio de un gran hombre, que quiso lidiar contra las intrigas de los perredeístas y llegar al punto de quitarse la vida, pasar por un presidente encarcelado hasta la enfermedad de su líder que lo llevó a la tumba, para finalmente llegar al desastre, peor que los anteriores, de llevar a un país hacia el colapso, están compendiadas todas las acciones destinadas a satisfacer las estrategias que garanticen un disfrute del poder, no para desarrollar al país, sino para engrosar los bolsillos de muchos de sus dirigentes.

El hecho que aparezcan insólitos proyectos de leyes, todos para hacer trajes a la medida como dice nuestro cardenal, a los políticos perredeístas, revela la creencia de que todo lo pueden hacer, sin respetar la opinión de los demás. Arrollan con sus actuaciones a todo el país con tal de satisfacer puras ambiciones personales para medrar a la sombra del Estado.

Los pasados tres años han sido terribles para la Nación, y lo ocurrido en el año recién finalizado, revela de como el mal gobierno perredeísta enturbió la economía y la precipitación en manos de instituciones internacionales, a las cuales engañaron, provocando la desconfianza para que ellos no aflojaran su dinero hasta que, las actuales autoridades, demuestren ser responsables, honestas y capaces, lo cual es casi imposible por los planes que tiene en carpeta de quedarse en el poder, por encima de que el voto mayoritario en mayo, les propine un rechazo que los precipite a una derrota vergonzante.

Ahora, con el proyecto de ley de lemas, salido de las mentes desesperadas de los dirigentes perredeístas, es para hacerle su traje a la medida a los aspirantes presidenciales, ya que ellos no quieren ceder en sus aspiraciones a sabiendas que fuera del PRD, y aun en el mismo partido, tienen poco arraigo, y cualquiera de ellos pierde las elecciones por su elevado rechazo debido a que sus maniobras son conocidas por el país. No es extraño que hayan puesto un huevo cuadrado con ese proyecto de ley, que no es más que un engendro improvisado para evitar un colapso del partido, que de perder las próximas elecciones, se les haría muy difícil alcanzar el poder por medios de elecciones libres y sin fraudes.

Al igual que en el PRD, entre los reformistas hay un despertar de ambiciones que lo están llevando a su aniquilación, como es natural que ocurriera después de que un liderazgo tan fuerte desaparece y deja en la orfandad a los seguidores, que solo están dando tumbos y rumiando sus frustraciones, los maltratos que recibieron en vida del doctor Balaguer y poniendo huevos cuadrados al igual que los perredeístas.

Los dominicanos, ante la actitud de los perredeístas, que se creen con el derecho de hacer los que les venga en ganas, cuando ellos están gobernando, ha originado un gran rechazo, a sabiendas que cuando están en la oposición son muy peligrosos. Ellos son los principales agitadores, y les hacen la vida imposible a los gobiernos de turno, y que traten de gobernar sin recurrir a la severidad de la ley, como ocurrió en el período de 1996 al 2000, cuando al PLD se le hizo difícil ver transcurrir un mes sin que hubiese una agitación provocada por los perredeístas, que al llegar al poder y casi destruir el aparato productivo de la Nación, han tenido a sus hordas turberas apaciguadas, que no le reclaman honradez y capacidad para dirigir los destinos nacionales, sino que le den lo «mío» con el despilfarro presupuestario. Y eso hará colapsar el acuerdo stand by con el FMI, ya que esos recursos frescos no llegarían a los fines programados, sino que irían alimentar los planes reeleccionistas, que todo el mundo rechaza, y solo con fraudes, terror, mucho dinero, etc., es que se impondría.

Los perredeístas todavía sueñan salirse con la suya. Buscan cualquier vía para darle razón a sus planes continuistas; pretenden aupar un proyecto de modificación de la ley electoral, que de hecho, brota como un aborto y que el país rechazará, y si los legisladores oficialistas pretenden aprobarlo, se encontrarían, por primera vez en sus tres años de administración, con un país airado que obligaría a descartarlo y evitar que la turbulencia cívica se instaure. Es la única manera de que el PRD respete el derecho de los demás dominicanos a sentirse responsables de sus destinos, sin las barrabasadas que hacen los perredeístas de llevarnos como caña para el ingenio hacia el colapso nacional.