La Paz. EFE. Los indígenas bolivianos que defienden una reserva natural por considerarla amenazada por una carretera financiada por Brasil se reagruparon ayer para seguir su marcha hacia La Paz, tras la violenta represión policial del pasado fin de semana que agravó el conflicto y obligó a renunciar a dos ministros.
El reagrupamiento se produce en Quiquibey, a más de 200 kilómetros al noreste de La Paz, al que llegaron cerca de mil indígenas en vehículos desde pueblos en los que quedaron dispersos.