Los ‘indignados’ conquistan Barcelona y casi tienen Madrid

Los ‘indignados’ conquistan Barcelona y casi tienen Madrid

Madrid.  Las nuevas formaciones surgidas de los ‘indignados’ han conquistado Barcelona y prácticamente Madrid en unas elecciones municipales y regionales, en las que los españoles han lanzado una dura advertencia al gobernante Partido Popular (PP, derecha) de cara a las legislativas de finales de año.

«Ha ganado el deseo del cambio sobre la campaña del miedo», afirmó una exultante Ada Colau, líder de la plataforma ciudadana Barcelona en Común, que incluye al partido antiliberal Podemos, tras ser la más votada para gobernar el ayuntamiento barcelonés.

La joven plataforma logró 11 concejales, frente a los 10 de los conservadores nacionalistas de CiU del actual alcalde Xavier Trías, mientras Ciudadanos, la otra gran formación emergente en España entró por primera vez en el consistorio como tercera fuerza política con 5 concejales.

«Ya era hora de que gente nueva, gente que no lucha por sus intereses sino por el pueblo sea escuchada y tenga poder», dijo a la AFP Óscar González, un ingeniero de 25 años, mientras celebraba el éxito de Barcelona en Común.

«Quizás los resultados absolutos no lo demuestren tanto y el PP haya ganado en muchos sitios, pero los partidos nuevos y minoritarios han entrado con fuerza, sobre todo en las grandes ciudades que suelen encabezar los cambios», añade.

Pactos

Es el caso también de Madrid, donde Ahora Madrid, otra plataforma similar a la de Barcelona, fue la segunda lista más votada al ayuntamiento madrileño tras el gobernante PP, que perdió su mayoría absoluta.

«Tendremos la alcaldía siempre que no haya un pacto entre otros partidos», reconoció la propia candidata conservadora madrileña, Esperanza Aguirre, dejando entrever que ve posible ser desplazada a la oposición con sus 21 diputados, diez menos que los que tenía hasta ahora.

Para ello, la candidata de Ahora Madrid, la exjueza Manuela Carmena, de 71 años, podría buscar un pacto para unir sus 20 concejales a los 9 de los socialistas, tercera fuerza política en el consistorio madrileño, en el que también entra Ciudadanos, en sus primeras municipales a nivel nacional, con 7 ediles.

«Los partidos del poder han tenido uno de los peores resultados de su historia», afirmó en Madrid el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que se mostró exultante por el resultado en las dos mayores ciudades españolas y cuya formación también ha logrado entrar en los parlamentos de las 13 comunidades autónomas que celebraban comicios regionales.

También Ciudadanos ha conseguido representación en todas las regiones, lo que su líder, Albert Rivera, no ha dejado de poner en la perspectiva de las generales previstas para finales de año, al igual que hizo Iglesias.

Sin mayorías absolutas

«Tenemos presencia en todas las provincias de España. Hay partido, hay proyecto para España y esto sólo ha hecho que empezar», afirmó Rivera. «Que no se acabe esta primavera que nos va a llevar en volandas en noviembre a ganar las elecciones al Partido Popular», lanzó, por su parte, Iglesias, ante cientos de simpatizantes enfervorecidos.

«Nuestra gran tarea será alcanzar acuerdos», afirmó el Secretario de Organización del PP, Carlos Floriano, tras conocer el resultado de unas elecciones en las que los conservadores han perdido la región de Extremadura (oeste), a manos de los socialistas.

Los conservadores mantienen otras once regiones, pero sin mayorías absolutas, que pierde también en varios municipios españoles. Pese a que la formación conservadora del jefe del gobierno, Mariano Rajoy, se mantuvo como la más votada en las elecciones municipales y regionales, un pacto de las formaciones de izquierda podría arrebatarle el poder en muchas ciudades y regiones entre ellas Valencia, tradicional bastión de la derecha.

«Es el principio del fin de Rajoy como presidente», auguró el líder de los socialistas, Pedro Sánchez, abriendo su partido a «articular gobiernos progresistas en el conjunto de comunidades autónomas y ayuntamientos para un cambio seguro».

Los escándalos de corrupción y los recortes parecen haber seguido pesando más en el ánimo de los electores en un país con todavía un 23,7% de desempleo que los mensajes de recuperación económica lanzados por los conservadores.

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