Los infartos y el cerebrolysin

Los infartos y el cerebrolysin

La Sociedad que nos agrupa celebró el pasado fin de semana  la Jornada del Tratamiento de los Accidentes Cerebrovasculares, evento de gran calidad científica con la participación de dos invitados internacionales, el Dr. Juan Pérez García, neurólogo mexicano, y el Dr. Marco Tulio Medina, homólogo de Honduras.

Esta es la primera actividad de la Sociedad Dominicana de Neurología y Neurocirugía, bajo el mandato  del Dr. Pedro Roa, neurólogo, quien ha empezado con muy buen pie, en razón de que esta actividad coordinada por el Dr. José Cabrera y en la que nos tocó ser moderador, tuvo  una enjundiosa particularidad en aportes al manejo de los temidos derrames cerebrales.

El primer expositor de la jornada fue el Dr. Juan Carlos Pérez García, neurólogo mexicano, quien es profesor del Instituto de Neurología de México. Agotó el tema “La Enfermedad Cerebrovascular y la Neuroprotección”. La plática del invitado mexicano versó sobre el uso del cerebrolysin (Renacenz) en los infartos cerebrales. Sabemos que los eventos isquémicos representan de un 70 a un 80% de los accidentes vasculocerebrales.

Con el agravante de que una de cada seis personas en el mundo de más 60 años habrá de padecer alguna forma de estos eventos cerebrales, siendo la principal causa de invalidez en el cosmos. Ellos son  la segunda o la tercera causa de  mortalidad de acuerdo a las diferentes estadísticas. Revisó el expositor los factores de riesgo entre los que mencionó la hipertensión, el tabaquismo, las grasas en sangre, la herencia familiar, sedentarismo y la diabetes, etc. Hizo énfasis en la “neuroprotección”, que significa el propósito de los neurocientistas de evitar que luego del evento isquémico o infarto,  las áreas del cerebro que están alrededor de la lesión continúen muriendo. Se refirió al Cerebrolysin como droga neurotrópica que contiene péptidos activos que ayudan a la protección de las neuronas lastimadas, pero que no han muerto por el insulto isquémico.

El expositor fue muy ético, y señaló que además del Renacez, hay dos drogas más que son de gran utilidad ya demostrada en los eventos isquémicos, el Piracetam (Nootropil) y la Citicolina (Somazina), medicamentos que nosotros los que manejamos los derrames usamos como coadyuvantes para evitar que muera el tejido circundante  y que la recuperación en lo cognitivo, sensorial y motor de nuestros pacientes sea más rápida y satisfactoria, es decir que disminuyan los daños tisulares, que es lo que al final nos importa.

Con el cerebrolysin tengo varias anécdotas, que deseo compartir con los amables lectores. Fui el primer médico en el país que tuvo la oportunidad de usarla, en razón de que fue traída anteriormente por una institución farmacéutica que precedió a los Laboratorios Lam; en esa oportunidad tratamos unos diez pacientes en tiempo atrás. Recuerdo una con Alzheimer, madre de Médico, que antes de perder la memoria padecía de severos dolores articulares, luego de un tiempo de tratamiento con el Renacenz, mejoró notablemente su memoria y al hacerse nuevamente consciente, volvió a conectarse con su entorno; el esposo me dijo: – Doctor, ha vuelto a “vivir”, habla hasta de sus dolores -. Vemos que no sólo protege la llamada área de penumbra, que es el tejido que circunda al área infartada, sino que por igual mejora los aspectos mentales y cognitivos, con comprobada ayuda en los procesos neurodegenerativos.

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