Los inmigrantes impulsan
economías británica y española

<p>Los inmigrantes impulsan <br/>economías británica y española</p>

Por CHIS GILES
En Londres
Los españoles y los británicos pueden tener grandes diferencias en su actitud hacia la inmigración, pero las economías de ambos países han prosperado apoyados por los trabajadores nacidos en el extranjero.

Después de décadas como el “enfermo de Europa”, Gran Bretaña terminó su relativo descenso en los años de 1980. Más recientemente había estado creciendo más rápidamente que los otros 14 países que componen la Unión Europea, mayo de 2004, cuando 10 nuevos miembros -en su mayoría de Europa Oriental- se unieron al bloque.

La economía del Reino Unido se habrá expandido 2.75 anualmente entre 1998 y 2007, comparado con 2% para la totalidad de la eurozona, de acuerdo con estimados del Fondo Monetario Internacional. La inmigración neta subió con fuerza a 150,000 al año en 1998 y se disparó después de 2004, en la medida en que GB permitía que nacionales de los nuevos estados miembros de la UE trabajaran sin restricciones.

España ha tenido un influjo de inmigrantes absoluto mayor, que se estima en unos 645,000 en 2004, por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Esto es 1.5% de la población, solo en un año, según el Instituto Nacional de Economía e Investigaciones Sociales (NIESR), radicado en el Reino Unido. La aceptación de la inmigración no se puede divorciar de la asombrosa economía española, que creció en un promedio de 3.75 anual entre 1998 y 2007.

En contraste, Francia y Alemania con frecuencia han tolerado que grandes números de trabajadores a corto plazo entren en el país, pero han restringido las cifras a largo plazo para los residentes nacidos en el extranjero. El FMI estima que entre 1998 y 2007, el crecimiento de Francia y Alemania haya promediado 2.2% y 1.3%, respectivamente.

Mientras que las diferencias entre los resultados económicos responden a muchas causas, y no se pueden atribuir exclusivamente a la inmigración, hay poco desacuerdo entre los economistas de que una inmigración más elevada impulse el resultado agregado de la economía. Sube el suministro de mano de obra, incrementa la demanda, en la medida que los inmigrantes gastan dinero, impulsa la producción, mientras que probablemente presione a la baja la inflación.

El Banco de Inglaterra dijo el martes que el aumento de la inmigración neta “probablemente ha tendido a reducir las presiones inflacionarias, aportando un “viento de cola” beneficioso, similar al que ofrece la globalización”. La migración también ha aportado una “válvula de seguridad”, en la medida que muchos trabajadores solo vinieron [al país] porque había empleos disponibles y regresarían si esas oportunidades se evaporaban, añadió el banco.

El NIESR estima que 0.9 puntos porcentuales del 5.3% del crecimiento del Reino Unido en 2004 y 2005 fue el resultado directo de que la inmigración expandiera la fuerza laboral.

Sin embargo, un incremento en la tasa de crecimiento de la economía no eleva el bienestar de cada español, ni británico. La mayor parte de las ganancias de la inmigración va a los propios inmigrantes, mediante salarios y estándares de vida mucho más altos.

Esto resulta particularmente válido en la oleada más reciente de inmigración, que en el RU ha estado concentrada en empleos de menor capacitación y menos salarios.

Los principales beneficiarios del país receptor son los propietarios del capital y los consumidores de los productos y servicios que se producen, con alguna pérdida para la población local en la medida que sus salarios relativos al resto de la población han caído. Aparte de las preocupaciones culturales y raciales, este rasgo de la inmigración -que genera ganadores y perdedores, y resdistribuye recursos dentro de un país- contribuye mucho a ayudar a entender la hostilidad de muchos ciudadanos del RU en cuanto a la inmigración.

Por esta razón, John Martin, director de empleos, trabajo y asuntos sociales del la OCDE describe la política de inmigración como “un delicado acto de equilibrio”.

La inmigración es un problema cada vez más difícil para los políticos del RU, y Gran Bretaña impuso restricciones a rumanos y búlgaros este año.
VERSION IVAN PEREZ CARRION

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