Los Izquierdistas y la Cumbre

Los Izquierdistas y la Cumbre

Antonio Peña Mirabal
Dirigentes tradicionales de la Izquierda dominicana, que en algún momento de sus vidas jugaron un papel destacado en defensa de las mejores causas del pueblo dominicano, montaron una protesta el pasado miércoles frente al Palacio Nacional, para expresar su rechazo a la convocatoria que está haciendo el presidente de la república, Dr. Leonel Fernández Reyna, para que el país, el próximo mes de noviembre, sea sede de una cumbre continental de izquierdistas.

Con la mencionada protesta pretenden advertir a los invitados de dicho encuentro, que el presidente Fernández no tiene calidad para la convocatoria, como queriéndoles decir a los que asistan, que se están prestando a una farsa.

La falta de visión de muchos izquierdistas nacionales, junto al afán permanente de querer erigirse en líderes sin actuaciones ni masas, les ha impedido colocarse en el camino correcto, apartándose de la realidad nacional y por ende divorciándose del sentir de nuestro pueblo. Esta actitud frente a la convocatoria del presidente Fernández, es una muestra de que aún están desenfocados en sus propósitos, porque al parecer no han comprendido el papel de las izquierdas en los actuales momentos por los que atraviesa la humanidad.

Todavía piensan que ser de izquierda es andar harapientos por calles y barrios de la ciudad, dejarse barbas y el pelo largo, tener un verbo encendido en contra del empresario y ricos; que ser de izquierda es protestar por todo, es refugiarse en la UASD en discusiones que hace mucho perdieron el interés de la población, en fin, que ser de izquierda significa estar en un permanente estado de rebeldía. Es más, todavía hay grupos de nuestra izquierda que sueñan con el levantamiento armado revolucionario, obviando el sistema legal constitucional de acceso al poder establecido en el país. Reniegan al hecho, muchos de ellos, de que los gobiernos de izquierdas que en los últimos años ha estrenado América Latina, legaran todos por la vía de las urnas y no de las armas. La Izquierda hoy día es otra cosa, nuevos paradigmas son los que la guían.

Hasta que la izquierda del país no realice un análisis histórico – social, serio y profundo sobre su existencia y actuación en el transcurrir político de la sociedad dominicana, seguirá atomizada y utilizada en ocasiones por los partidos tradicionales del sistema. Es necesario deponer actitudes sectarias, divisionistas y ególatras, algo sumamente difícil en los seres humanos, sobre todo en los que ejercen el quehacer político, porque muchos de ellos cuando tienen la oportunidad de desempeñar alguna función que otorga cierto grado de poder, se consideran omnipotentes, portadores de la verdad absoluta, inconsultos, jefes que no pueden ser cuestionados, en fin, se vuelven irracionales y se encierran de tal forma que solo ellos son los buenos y los demás no sirven. Los actores de la izquierda dominicana de los últimos días muestran incapacidad de cohesión para la organización, lo que les impide articular políticas que determinen un peso importante como para tomarlos en cuenta en las decisiones y manejo del país. Divagan en paradigmas vencidos y caducados.

No es con propuestas estridentes e inaplicables que la izquierda dominicana se legitimará ante el pueblo. No es con discursos de los sesentas y setentas que convencerán a la mayoría para que los siga. No es rompiendo cristales y quemando vehículos que su verdad será atendida. Es necesario despojarse de una práctica que en el pasado pudo haber dado resultados, pero que en el mundo de hoy, globalizado e unipolar, no tiene la aceptación de las mayorías. Insistir en esa práctica, es seguir de espaldas a la realidad.

El pensamiento de izquierda hoy es otra cosa y no necesariamente quien lo profese tiene que haberse aprendido el Manifiesto Comunista o El Capital de Carlos Marx, como se exigía en el pasado. Es otra visión de la vida y de la responsabilidad social del ser humano. Por ejemplo, el norteamericano Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía en el año 2001, en sus libros «Los Felices 90» y «Como hacer que funcione la globalización», sostiene ideas de izquierda sobre el papel de organismos financieros internacionales en las economías de países del Tercer Mundo. Pero el ex – vicepresidente norteamericano, Premio Nobel de la Paz este año, Albert Gore, con su documental sobre el calentamiento global, titulado «Una Verdad Incómoda», asume una postura de izquierda al denunciar ante el mundo el peligro que corre la humanidad si no pone atención urgente a este grave problema. La Cumbre de izquierdistas de América Latina anunciada por el presidente Fernández para el próximo mes, en vez de ser atacada, debiera ser aprovechada por los izquierdistas tradicionales de nuestro país, para que se informen de lo que están haciendo los del resto del continente que les ha dado resultado y ellos se han quedado rezagados por años. ¡Aprovéchenla!

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