La opinión pública está bastante preocupada debido a la importancia que el gobierno de los Estados Unidos le están dando al deterioro económico y político del país debido a la desacertada administración perredeísta, que en menos de un mes, nos han enviado de visita relámpago a dos importantes funcionarios de las áreas económicas y de política internacional.[tend]
Tanto John Taylor como Roger Noriega no vinieron a disfrutar de las playas y de elogios, sino, que en una lenguaje muy diplomático a veces, y notas veces más directo, dieron señales de la inconformidad norteamericana por la penosa situación que atraviesa el país fruto de los errores y ambicione que están exhibiendo los connotados miembros del PRD que os gobiernan.
No hay dudas que el mensaje está más claro que el agua, de manera que sino son niños, o retrasados mentales, los perredeístas deben entender que si no hay rectificaciones para mejorar la gestión en sus meses finales podrían surgir contratiempos, y por ende, presiones más directas para que hayan enmiendas y evitar conmociones sociales que están a la vuelta de la esquina ya que el PRD está llevando al país hacia el despeñadero.
No hubo pérdida de tiempo en las visitas de los funcionarios de la administración de George W. Bush. En cada caso trataron sus especialidades de manera que las dos áreas más perjudicadas por el mal gobierno y que han degradado al país incluso el aparato productivo. El objetivo es frenar ese desastre corrigiendo los errores, y hasta condescender, a que se firme de nuevo con el FMI un acuerdo ya que el anterior fue violado descaradamente por el gobierno del presidente Mejía, sin admitirlo y pretendiendo lavarse las manos pese a la desastrosa situación en que se encuentran Edenorte y Edesur con sus finanzas casi en bancarrota por el descenso de las recaudaciones.
Que el gobierno americano no quiere que el país se desestabilice en momentos que Haití atraviesa una difícil situación con continuas protestas exigiendo la renuncia del presidente Aristide, cosa que aquí podría surgir por el empecinamiento de sostener una repostulación del presidente que nadie quiere y se trata de imponerla por las buenas o por las malas con un rociado de cuantiosos recursos provenientes del erario público como es el reparto al granel de materiales de construcción a nivel nacional.
Los americanos consideran que podría producirse un estallido de perjudiciales efectos para la economía y la vida social local, cuando el pueblo, desesperado y viendo como se le violan sus derechos democráticos de elegir al darse cuenta que hay una JCE con amplia mayoría adherente al PPH que trataría de justificar, primero una candidatura, y después, en mayo bendecir unas elecciones que a todas luces podrían estar plagadas de fraudes, donde el dinero del erario correría a raudales.
En eso el Departamento de Estado no es tonto y el viaje de Noriega les sirvió para confirmar que hay toda clase de aprestos para prolongarse en el poder con malas artes. Al mismo tiempo, Noriega pudo palpar de cómo la economía se resiente ante una inflación incontrolable, una prima que aparentemente se ha dominado militarmente y una recesión de imprevisibles consecuencias con el aumento del desempleo.
No hay deseos oficiales para tomar decisiones trascendentales y cuando más de poco millones de dominicanos se oponen a una reelección del presidente Mejía, y este y su grupo se empecinan de querer repetir sin importarle los medios que se utilicen, entonces surgiría la ingobernabilidad. Es ahí donde el gobierno norteamericano está preocupado que llevaría al país a derrumbarse con su aparato productivo incluido, con la consiguiente destrucción fisco, y así no quedaría nada para dilapidarse en acciones apartadas de la ética de un buen gobierno como todo el mundo se da cuenta del manejo financiero.
El gobierno americano, en su grave preocupación por la situación dominicana se le fue la mano cuando logró que los senadores y diputados recibieran en una reunión conjunta a Roger Noriega, cuando ese tratamiento está reservado para presidentes o primeros ministros, pero la urgencia del caso exigía u auditorio de peso para hacer notar que el compromiso americano por la democracia y las elecciones libres son fundamentales para que el país pueda recibir más dinero del FMI. Sólo esa acción evitaría el colapso del gobierno del presidente Mejía.