Los jóvenes se están jartando

Los jóvenes se están jartando

Cada vez maduran más las condiciones para la construcción de una alternativa política, que empiece a cambiar el rumbo del país. Las cúpulas políticas y los grupos financieros y oligopólicos (nacionales y extranjeros) que han monopolizado la vida del país en las últimas décadas y que ahora preparan el recambio, para quitarle presión a la caldera del descontento presente en cada vez más amplios sectores sociales y ciudadanos, se le está embotando el filo del cuchillo. El país de ellos está lleno de problemas, y la única solución que conciben es exprimiendo hasta límites insostenibles a las grandes mayorías, al aparato productivo, a las amplias capas medias y la soberanía de la nación.

Ya van cinco los paquetazos, y ahora se han inventado que la minería será el factor más dinámico del “nuevo modelo”, pero esa gran minería es el suicidio de  República Dominicana. Las grandes concesiones mineras y de otra índole que se vienen concediendo graciosamente no es más que el más grande proceso de acumulación originaria del capital en toda nuestra historia republicana, en base a la apropiación territorial de cada vez más amplios terrenos aptos para la agricultura, pecuaria, turismo y otros usos productivos, por parte de la élite económico-social (nacional y extranjera) beneficiaria de las llamadas “concesiones mineras”, entregadas por una nueva camada de dominicanos que en nuestra larga historia han estado siempre dispuestos a vender la soberanía y el patrimonio público por unas bolsas de monedas de oro.

Nunca antes la República Dominicana había estado sometida a un sistema de despojo, explotación, polarización e impunidad como hoy en día, y nunca había sido tan grande la responsabilidad histórica de los tres poderes del Estado (Gobierno Central, Congreso, Justicia), y de las cúpulas de los grandes partidos como ahora.  ¡Hay honrosas excepciones, pero todos callan!

Pero la ira, el deseo de venganza y de sanción está creciendo entre nuestros jóvenes, que cada vez más comprenden que en este país, que es de ellos, sólo una pequeña porción tiene cabida y es en base a ponerse una venda en los ojos y decidirse a sumar su talento a este despojo de la Nación, a la fiesta de los puntos de drogas, delincuencia, impunidad, indiferencia. El grueso de esos jóvenes, los serios, los que quieren un trabajo decente, que no tienen acceso a las cúpulas corruptas; esos, se están llenando de rabia y de ira; quieren un castigo ejemplarizador contra los piratas que han dañado su país.

¡Busquemos las vías para plantearles una salida; alentémoslos a que se conviertan en la gran fuerzas que son; no los manipulemos; sólo ayudemos a abrir caminos!

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