Río de Janeiro. Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 tendrán un sistema de seguridad pública y privada, anunció hoy el Gobierno brasileño. Las fuerzas públicas se encargarán de patrullar la mayoría de las instalaciones deportivas, la Villa Olímpica y las áreas de entrenamiento, según anunció en rueda de prensa el secretario extraordinario de Seguridad para Grandes Eventos del Ministerio de Justicia, Andrei Passos Rodrigues.

La seguridad pública correrá a cargo de la Fuerza Nacional, un cuerpo de élite que tiene un efectivo de 13.000 hombres y está integrado por policías militares de todo Brasil. La Fuerza Nacional será responsable del 41 % de las instalaciones donde habrá público, aunque se calcula que en esas zonas se concentrará el 82 % de los asistentes a los Juegos.

El 59 % restante de las instalaciones, en su mayoría áreas administrativas, será vigilado por agentes privados, que serán contratados por el Comité Olímpico Internacional (COI) a un costo calculado en 252 millones de reales (unos 84 millones de dólares).

El Gobierno brasileño invertirá 350 millones de reales (unos 115 millones de dólares) en equipamientos y estructuras de seguridad que quedarán como legado después de los Juegos. El coste de desplegar la Fuerza Nacional no se incluyó en ese presupuesto. El uso de la Fuerza Nacional para patrullar las instalaciones olímpicas permitirá descargar de trabajo a la Policía Militarizada de Río de Janeiro, que estará libre para mantener su tarea de vigilar la ciudad, según Rodrigues.

El Ministerio de Defensa brasileño anunció el pasado marzo que destinará 38.000 militares para garantizar la seguridad durante los Juegos, que se dedicarán principalmente a la vigilancia de fronteras, aeropuertos y otros lugares estratégicos.