Los jóvenes no quieren verse vinculados a malas noticias

<p>Los jóvenes no quieren verse vinculados a malas noticias</p>

POR LLENNIS JIMÉNEZ G.
Jóvenes de todas partes del país proclamaron ayer en la celebración del Día Nacional de la Juventud, que quieren dejar de ser noticia por hechos de violencia, delincuencia, embarazos de menores o el consumo de drogas, que se les quiten sombras que empañan sus rostros y que no se les utilice para la corrupción, la injusticia y la antisolidaridad.

En un mensaje, cientos de jóvenes reclamaron que se les tome en cuenta para aportar a las soluciones de los problemas de la nación, porque quieren un país renovado, con cara de jóvenes y una limpieza que no sea sólo cosmética.

Congregados en la Catedral Primada, en una eucaristía con motivo de su fiesta nacional, los jóvenes pidieron más poesía y menos policía; más ejercicios deportivos y menos ejercicios militares; menos delincuencia y más conciencia social. Respeto para sus espacios y menos apoyo a la prostitución, más dedicación de tiempo para la familia, y menos basura.

En la misa, oficiada por el obispo emérito de Barahona, monseñor Mamerto Rivas, en la que participaron el secretario de la Juventud, Manuel Crespo, y el jefe de la Policía, mayor general Bernardo Santana Páez, los jóvenes repudiaron el lugar que ocupan en la cotidianidad y que sus males sean los temas que escandalizan a la sociedad.

Asimismo, el mensaje de la Iglesia católica hizo énfasis en el llamado a las autoridades a atender a los jóvenes y a los padres, a inculcarles buen estilo de vida.

Monseñor Rivas atacó la inversión de valores que destruye el núcleo de la familia.

Abogó por una patria de hermanos y censuró los males de la política. Recomendó a los jóvenes aferrarse al modelo de trabajo con los muchachos y muchas que creó el padre de la juventud, Don Bosco. Crespo señaló que gracias al trabajo de la Pastoral Juvenil se celebra el Día Nacional de la Juventud y entregan el reconocimiento más alto del país: el Premio Nacional de la Juventud, que por primera vez se hará en el Palacio Nacional.

Mientras que el jefe de la Policía mostró preocupación por la delincuencia y admitió que el principal trabajo de esa institución es la prevención barrial. Reconoció que los juegos electrónicos les causan daño a los jóvenes.

La proclama de los jóvenes, leída por Alexis Marte García y Carol Martínez, de la Arquidiocesis de Santo Domingo, calificó como “buitre el mercado de las drogas” que los atrapa y que a muchos hace cómplices de la actividad criminal.

Empero, afirmaron que están llenos de esperanza, ilusionados por ver un país renovado, rejuvenecido y en paz. “Somos la fortaleza y no una debilidad. Constituimos no una amenaza, sino una oportunidad para el mundo y para nuestro pueblo dominicano”, señalaron.

Indicaron que el detalle está en saber aprovechar a los jóvenes, al tiempo de resaltar las hermosas cualidades que los adornan, y que bien encauzadas, pueden aportar al desarrollo integral del país.

Expresaron su apoyo a los cambios que se dan en el país y a los que vendrán con la reforma a la Constitución, a la entrada en vigencia de los códigos de Familia, de las Telecomunicaciones, y el Tratado de Libre Comercio (TLC), así como de la modernización del aparato burocrático, en aras de un Estado moderno; siempre que se sea capaz de cultivar el valor de la acogida sin ningún tipo de exclusión.

Reclamaron por un Estado donde todas las personas, especialmente los marginados, tengan amparo y amor. “Para eso, pueden contar con nosotros y nosotras”.

Criticaron que quienes simulan mejorar el país, al mismo tiempo respalden la pornografía, la promiscuidad, el consumismo irracional, la pena de muerte, el uso de las armas de guerra y otras injusticias. Aseguraron estar animados en la esperanza de la fe en el Señor, la fuerza de la vida, el optimismo en el futuro y la seguridad de saber que caminan hacia Dios.

Los jóvenes confirmaron su amor a Don Bosco, el maestro de la juventud, y poniendo en alto su alegría, distinguieron los aportes de este orientador de muchachos y muchachas.

POR EL CARDENAL

Concelebraron la misa el coordinador nacional de la Pastoral Juvenil, padre Luis Rosario, y los sacerdotes José Pastor Ramírez y Demetrio Salvador Romero.

Fue elevada una plegaria por la salud del cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, convaleciente de una cirugía cardiovascular, y por el humorista Freddy Beras Goico, operado fuera del país.

ACOMPAÑARON A LOS JÓVENES

A la eucaristía en acción de gracias por el sentido de la juventud, asistieron el secretario general de la Organización Internacional de la Juventud, Eugenio Raviolet, y el presidente del Instituto Duartiano, José Joaquín Pérez Saviñón.

El secretario general de la Liga Municipal Dominicana (LMD), Amable Aristy Castro; los dirigente reformista Eduardo Estrella y Sergia Elena de Séliman. El presidente de la Juventud Revolucionaria Dominicana, Wellington Arnaud; autoridades gubernamentales, militares, periodistas y empresarios.

La Catedral estuvo repleta de estudiantes de escuelas, colegios, liceos, instituciones de jóvenes y parroquias. Ivelka Concepción, una niña de nueve años, con limitaciones físicas, hizo un gran esfuerzo para acercarse al púlpito con su silla de ruedas empujada Nolberto Martínez, instructor del Colegio La Limitación.

La pequeña se maravilló con la danza que presentaron tres jóvenes, una de las cuelas actuó como mimo, mientras las palomas se elevaban dentro templo.

La celebración fue aprovechada por los jóvenes para presentarles sus peticiones al Señor, en medio de cánticos, alabanzas e himnos, que evocaron a la realización del bien y el entendimiento mutuo.

RECONOCIMIENTOS

Miles de jóvenes trabajan en todo el país en la promoción de los valores y la solidaridad. Por su labor a favor de la fe de los demás, en la Catedral recibieron pergaminos de estímulos Alesenny Pérez, Rosy García, Leidy Gabot, Divison Sánchez, Marcos Rosario, Edwin Rodríguez, Mery Ramírez, Yenny Espinal, Marleny Vargas y Kelly Saviñon. Pertenecen respectivamente a las diócesis de San de la Maguana, La Vega, Puerto Plata, Santo Domingo, Baní, Barahona, Montecristi, San Francisco de Macorís y San Pedro de Macorís.

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