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Los verdaderos problemas de los partidos políticos llegan cuando no tienen la fórmula para sustituir a sus líderes cuando ya vencidos por la edad o por enfermedad no pueden serles útil a la organización, todavía más difícil es cuando el líder con su astucia se resiste a ser sustituido, porque la ambición de los hombres a veces no tiene límites, y los políticos, no es que generalmente tengan pasión desmedida por el poder, sino que casi siempre se creen imprescindibles. ¿Por qué no se retiran? Para eso sería necesario que se produjera una regeneración. ¿Qué pasará en el futuro? Pues nada, tendremos que seguir tirando para adelante.
Es incomprensible que un hombre inteligente, como suele ser el líder y con capacidad de trabajo, cualidad ésta última más rara que la misma inteligencia, dedique sus últimos años a darse una mala vida, llena de sobresaltos, depresiones, por puro egoísmo.
Parece que no comprenden, los políticos profesionales, lo mal que lo pasan si quieren hacer las cosas bien, a sabiendas que el suyo es un oficio que no es envidiable, cuando se es persona decente, pero si recomendamos a Henry Kissinguer, le damos la razón cuando decía que el poder es el afrodisiaco último.
Por eso es por lo que, en el mundo, y en nuestro país en particular existen tantos candidatos a líderes dispuestos a sustituir a sus líderes ya envejecido, olvidando que éstos no se fabrican como un edificio