Los límites fronterizos dominico-haitianos

Los límites fronterizos dominico-haitianos

JOSÉ B. GAUTIER
Al pueblo dominicano se le ha abierto en este clima de libertades ciudadanas una ventana de curiosidad. Una comezón por saber cosas pocas veces explicadas por la clase intelectual dirigente. ¿Qué paso verdaderamente durante la trágica tiranía de Trujillo? ¿Cómo pudo consumarse y prolongarse ese fenómeno político?

Por otra parte existen hoy, a la sombra protectora del estado de derecho que gozamos, amplios sectores de prensa que tratan de formar opinión publica que responden a espurios intereses de naciones extranjeras; a fosilizadas doctrinas de la Iglesia Católica sobre migración; o a resabios de viejos y frustrados camaradas marxistas que buscan con su enfoque de las relaciones históricas domínico-haitianas distorsionadas, confundir al pueblo, actuando como si fueran nuevos Quisling, espías nativos quinta columnas que prepararon la invasión nazi a Noruega durante la Segunda Guerra mundial.

¿Preparan esos «honorables» periodistas de la prensa escrita, radial y televisada el colapso de la nación dominicana? ¿Es real la dependencia nacional en la mano de obra haitiana como afirma el representante norteamericano en el país? ¿Llora el Embajador por la herida del los «espalas mojadas» mejicanos en la producción económica de su país?

Me explico. Existía por años un grave conflicto territorial pendiente de solución entre la República Dominicana y la República de Haití cuando sus presidentes, señores Horacio Vásquez y Louis Borno, decidieron firmar el Tratado de Límites, el 21 de enero de l929.

Este conflicto no era solo de reclamaciones mutuas de tierra en la frontera, sino que abarcaba aspectos jurídicos, ya que la Constitución dominicana hasta que fue modificada el 19 de enero de ese mismo año establecía en su Art.3 in fine que «sus límites, que comprenden todo lo que antes se llamaba Parte Española de las Isla de Santo Domingo y sus Islas adyacentes, son, por tanto, los mismos que, en virtud del Tratado de Aranjuez de 1777, la dividían en 1793 de la Parte Francesa por el lado de Occidente, y no podrán sufrir otras modificaciones, si no las autorizadas legalmente y que puedan derivarse del plebiscito del 1 y 2 de junio de 1895».

La modificación del Art.3 de la Constitución de la República en 1929 permitió la firma del Tratado de Límites, pero como disposición transitoria al final del mismo estableció «y después de haber sido trazada sobre el terreno la frontera definitiva que separe el territorio de la República del territorio de la República de Haití, quedaran abrogados los acápites 2º. y 3º. del citado articulo 3º., el cual solo dirá en lo sucesivo: «El territorio de la República, incluso el de las islas adyacentes, es y será inalienable».»

Para trazar sobre el terreno la frontera definitiva fue organizada una Comisión compuesta por seis miembros, tres por cada República. La Sección dominicana de la Comisión Delimitadora de Fronteras fue integrada por el licenciado Manuel A. Peña Batlle, quien la presidio y los ingenieros Manuel S. Gautier y Miguel A. Cocco, como miembros. La Sección haitiana por el ingeniero Louis Roy, el licenciado Edme Th. Manigat y el ingeniero L. Gentil Tippenhauer, miembros.

En el curso de los trabajos sobre el terreno, los cuales fueron suspendidos en diciembre de 1930, se presentaron cinco dificultades de interpretación de lo enunciado en el Art. 1. del Tratado de Limites firmado en 1929 que no pudieron ser resueltas por la Comisión.

Posteriormente, mediante la firma del Protocolo de Revisión del Tratado de Límites, el 9 de marzo de 1936, entre los presidentes, señores Rafael L. Trujillo y Stenio Vincent se solucionaron las cinco reclamaciones haitianas: 1) fijándose como nacimiento o cabezada del Río Libón el punto donde los ríos Marigoyenne y Tenebras se unen; 2) con el arreglo del Protocolo de la Miel (construcción Carretera Internacional); 3) el curso que debe seguir la frontera entre San Pedro (río Macasias), el fuerte Cachiman y al Arroyo Carrizal (Comendador-Elías Piña); 4) el curso de cabezada Arroyo Carrizal a Mare Zephir (Rancho de las Mujeres) pasando por Maison Madame Salomón; de aquí a Cañada Miguel; 5) la línea partirá de Gros Mare a encontrar la cañada bien definida de Mare Orange; de ahí al Source Bonite, cabezada del río Pedernales. La Sección dominicana de la Comisión Delimitadora de Fronteras en 1936 estaba integrada por el licenciado Moisés García Mella, quien la presidía, y los ingenieros Manuel S. Gautier y Casimiro Gómez como miembros.

Como en todo proceso de revisión territorial que se inicia entre dos países, después de realizar múltiples trabajos correctivos sobre el terreno y celebrar las Comisiones las reuniones correspondientes y levantar Actas de lo realizado, el día 1 de abril de 1943, mediante un Informe General presentado al Poder Ejecutivo por conducto de la Secretaria de Estado de Relaciones Exteriores, el ingeniero Manuel S. Gautier, presidente de la Sección dominicana de la Comisión Delimitadora de Fronteras en ese momento concluyo de la siguiente manera:

«La recapitulación que antecede, y que de manera de informe presento con motivo de la terminación de los trabajos de demarcación de la línea fronteriza domínico-haitiana, aparte de ofrece en conjunto una síntesis de las labores de la Comisión Delimitadora, se caracteriza por los esfuerzos que en aras de un ideal sagrado, como el trazado definitivo de nuestra línea de fronteras, han prestado todos aquellos dominicanos que ha colaborado en tan trascendental obra.»

En los archivos de la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores están depositadas las 97 hojas originales de los planos definitivos evacuadas en esas labores, divididas en seis zonas designadas, señaladas con letras alfabéticas y numeradas del 1 al 97 sucesivamente, que forman la Línea de Frontera, firmadas y aprobadas, cada hoja, por los seis Comisionados dominicanos y haitianos.

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