Bajo la dirección del maestro Missak Baghboudarian, Director de la Orquesta Sinfónica de Siria y la participación de Maias Alyamani, violinista y compositor, la Orquesta Sinfónica Nacional ofreció un bellísimo concierto que nos hizo viajar en alas de la música a las exóticas tierras de oriente y a vivir una de las Mil y una Noches junto a Sherezade.
El reconocido director aborda en el inicio del concierto la Rapsodia Húngara No. 2 de Liszt, conduciendo la orquesta con marcado acento, pero carente de la vivacidad del espíritu de las danzas húngaras. Sin embargo, todo director imprime su estilo y particular forma de sentir la música, finalmente lo importante es la calidad de la misma, lo que logró plenamente.
A continuación el ambiente cambia, la sala se satura de los aires de oriente emitidos por las cuerdas trabajadas especialmente con la afinación requerida, capaz de producir los sonidos propios de la música siria, con su sensación de disonancia, que poco a poco nos envuelve y nos transporta. Memories from Syria hermosa Suite para Violín y orquesta en cuatro movimientos, compuesta por Maias Alyamin, da oportunidad al también solista de destacar por su expresividad y virtuosismo.
La música de Alyamin de puro estilo oriental mezcla rasgos occidentales, con pasajes tonales y melodías cantábiles. La danza caucásica del segundo movimiento, imprime gozo y tristeza. El tango mezcla las cadencias del tango con melodías árabes modernas. La utilización de los tambores convierte el final en apoteosis. En el tema final Sea Waves el autor se inspira en un tema de una canción tradicional de Siria, que cuenta una historia de amor. La primera parte cierra con la composición Meditation on a Theme Muhammad Abdel Wahhab, compuesta por Solhi Al Wadi. Esta hermosa obra es un poema nostálgico lleno de añoranzas. El público impregnado de los aires orientales, tributa una ovación al solista, a la orquesta, al director.
En la segunda parte se interpreta la Suite Sinfónica Scheherezade de Rimsky-Korsakov, inspirada en episodios aislados de Las Mil y una noches. La profusión de elementos exóticos, su riqueza tímbrica, unido a una técnica orquestal fina, embriagadora a veces, es la obra sinfónica maestra del compositor.
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Segunda parte
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El elemento unificador constituido por fragmentos tocados por el violín, que simbolizan a Scheherezade, se convierte en leit- motiv, dando oportunidad de lucirse al concertino Pavle Vujcic. Baghboudarian logra la armonía de todo el tejido instrumental. Este concierto abre el camino del intercambio cultural entre ambos países.