Los manejos de la politiquería y la (in)Justicia

Los manejos de la politiquería y la (in)Justicia

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

“Uncido el pueblo americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir ni saber, ni poder ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros, las lecciones que hemos recibido y los ejemplos que hemos estudiado son los más destructores. Por el engaño se no ha dominado más que por la fuerza, y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas, un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción: la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad, la traición por el patriotismo la venganza por la justicia. Semejante a un robusto ciego que instigado por el sentimiento de sus fuerzas, marcha con la seguridad del hombre más perspicaz y dando en todos los escollos no puede rectificar sus pasos. Un pueblo pervertido, si alcanza su libertad, muy pronto vuelve a perderla, porque en vano se esforzarán en mostrarle que la felicidad consiste en la práctica de la virtud: que el imperio de las leyes es más poderoso que el de los tiranos. Porque son más inflexibles y todo debe someterse a su benéfico rigor, que las buenas costumbres y no la fuerza, son las columnas de las leyes, que el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad. Mas cuesta mantener el equilibrio de la libertad que soportar el peso de la tiranía.
“La continuación de la autoridad en un mismo individuo, frecuentemente ha sido el término de los Gobiernos Democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo Ciudadano, el Poder. El Pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la Libertad Republicana, y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo Magistrado, que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente”
Cuando el Libertador le escribió al Congreso de Angostura, en 1819, hace 200 años, ni estaba vivo Danilo Medina ni se juzgaban los actos de corrupción cometidos por funcionarios con la Odebrecht y Bolívar sentenciaba: “Los códigos, los sistemas, los estatutos por sabios que sean son obras muertas que poco influyen sobre las sociedades: ¡hombres virtuosos, hombres patriotas, hombres ilustrados constituyen las Repúblicas!”
Los pensamientos fueron tomados de la primera edición de las Obras Completas del Libertador, 1947, gobierno de Rómulo Betancourt.

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