Los Manuscritos de Alginatho:
mediación del autor/comunicador

<p>Los Manuscritos de Alginatho: <br/>mediación del autor/comunicador</p>

POR JUAN BYRON
Los Manuscritos de Alginatho constituyen la lectura/escritura de unos papeles enviados al autor/comunicador por una persona desconocida y escritos por Alginatho, un sacerdote montado a caballo entre la imaginación y el recuerdo. La misión asignada al autor/comunicador  es leer los papeles y rescribirlos/corregirlos.

En consecuencia, el autor se convierte en un mediador entre el lector y Alginatho, y por tanto en un traductor, lo que se revela en la introducción: Nunca antes había tenido una experiencia similar y espero que no se repita jamás, porque aunque ha sido grato —y fatigoso en extremo, eso sí— esto de involucrarme en la revisión y corrección de escrituras ajenas, son de esas rarezas que deben vivirse una sola vez (p.13).

En el proceso de lectura/corrección, el autor/comunicador  se hunde en la textualidad y se contagia de la fantasía de Alginatho, y pretendiendo ser guía del lector trata de sumergirlo en el mundo fantasioso del cura.  El autor dice: En cierto modo, empezaba a contagiarme —y esto es raro porque no conocía nada de los manuscritos— de ese sentido enigmático que rodeó la vida de Alginatho, tan dado, como verá el lector una vez que inicie la lectura de estos papeles, a confundir la realidad con la fantasía. (p.16). A seguidas agrega: Como él, me llené de imágenes tumultuosas en los caminos del desvarío. Era, a todas luces, mi respuesta a la imposibilidad de descifrar lo que me preocupaba. Así, descubrí a un anciano sacerdote que caminaba a hurtadillas por el lateral derecho de la catedral. «Ese es el hombre que me ha enviado los papeles», pensé  (p.16).

El texto objeto de comentario es un conglomerado de proposiciones, dentro de las cuales destacan las preformativo-modales1 cuyos funtores2 de predicación3 fundamenatales son contar, con frecuencia 85, y narrar, con frecuencia 19. Entre el índice de referencia autor/comunicador y el  índice de referencia  papeles/manuscritos  se establece una relación  indisoluble. El índice de referencia papeles tiene una frecuencia de 77  y la frecuencia de manuscritos es 19, lo que demuestra la axialidad de estos elementos léxicos en el texto comentado. De ahí que el autor exprese: difícilmente el lector pueda imaginarse las huellas de asombro que dejaron en mí la maleta, los papeles guardados en ella y las notas transcritas (p. 13).

Las proposiciones constitutivas de mundos4 tienen como funtores principales a recordar, con frecuencia5 111, e imaginar, con frecuencia 35. El índice de referencia narrador es el experienciador de los recuerdos, la fantasía y las fuentes más diversas como argumento de los funtores ya citados. Según el autor, Alginatho, lo mismo que Luis de León en su tiempo, recurre a las fuentes más diversas en procura de materiales para su libro y armoniza lo histórico con lo mitológico, la experiencia personal con la erudición bíblica, el recuerdo de los clásicos con los ideales modernos, o, como diría un estudioso de los doctores de la Iglesia, la polémica apasionada con la cita precisa, la patrística con el escolasticismo renovado, en procura de someterlo todo a una visión ideológica y artística unitaria (p. 24).

Los Manuscritos de Alginatho constituyen una aventura narrativa en la que se embarca el lector con la mediación del autor/comunicador, cuya escritura vertebra el conglomerado narremático6 del texto.

La trascendencia de Los Manuscritos para  profesores y estudiantes radica en su elaborada sintaxis y  riqueza léxica, tanto como en el tratamiento de un tema que para algunos puede resultar espinoso.

Notas

1. Se llama funtor a la expresión que determina a otra, la expresión determinada es el argumento (Bochenski, p. 53, citado por Lewandowski, Diccionario de Lingüística, p. 153).

2. Hay que distinguir entre funtores  determinantes de nombres o funtores de predicación (como ama,

recuerda), funtores determinantes de enunciados o funtores conectivos (como y, pero), funtores determinantes de funtores, etc.

3. Las proposiciones preformativo-modales representan el modo en que son emitidas las proposiciones del  sistema III o proposiciones constitutivas del mundos, es decir, si son  ordenadas, contadas…

4. Gracias a las proposiciones constitutivas de mundos se representa si las proposiciones del sistema básico, proposiciones descriptivas, son conocidas, imaginadas, recordadas.

5. La frecuencia es el número de apariciones de un elemento léxico y tiene que ver con la trascendencia que  confiere el enunciador a ciertos elementos léxicos.

6. Llamamos narremas a los enunciados narrativos de diferente extensión que se construyen sobre el material narrativo preexistente —la historia de la narratividad, sus inflexiones, sus recursos estilísticos, sus estrategias narrativas, etc.—  y que integran la materia prima del discurso con el que la narración edificará su entramado sintáctico y el registro de sus funciones temáticas (Rosa, Nicolás, Manual de Uso, p.7, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes).

Juan Byron es profesor de Lingüística y Lengua Española en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Es Lic. en Filosofía y Letras, y tiene un postgrado en Lingüística y Literatura. Fue jefe de redacción de la revista Extensión, corrector de la revista Investigación para el Desarrollo y director de la revista Scriptura Nova, así como el primer coordinador del Taller Literario César Vallejo. Ha publicado poemas y ensayos lingüísticos en periódicos y revistas nacionales, y los  libros El Proceso de Lectura y Hablando  con Norma.

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