Los mausoleos de los santos musulmanes de Tombuctú

Los mausoleos de los santos musulmanes de Tombuctú

BAMAKO.Los mausoleos de los santos musulmanes de Tombuctú -considerados por la población como una protección frente al peligro- fueron destruidos por los yihadistas en 2012 y reconstruidos por la Unesco.
La Corte Penal Internacional (CPI), luego de haber condenado al yihadista Ahmad Al Faqi Al Mahdi, a nueve años de cárcel en septiembre, ahora evaluó en 2,7 millones de euros los daños que el islamista radical provocó a los mausoleos.
¿Qué son? Se trata de tumbas de personalidades veneradas, llamadas “santos” en Tombuctú, una ciudad legendaria inscrita por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1988 en la lista del patrimonio mundial de la humanidad. En 2012 pasó a integrar la lista del patrimonio en peligro.
Cuando estas personalidades “consideradas virtuosas” fallecían, “sus tumbas quedaban expuestas a la profanación” porque algunos individuos atribuían poderes a los restos mortales, explica El-Boukhari Ben Essayouti, jefe de la misión cultural de Tombuctú que ha pilotado el proyecto de reconstrucción.
Según él, para proteger estas sepulturas, en Tombuctú se edificaron mausoleos, generalmente con arcilla. La ciudad, fundada en el siglo V, vivió “su apogeo económico y cultural en los siglos XV y XVI”, según la Unesco, y fue un gran centro intelectual del islam.
Algunas tumbas se encuentran en la ciudad o en cementerios, otras en mezquitas. Tombuctú cuenta con tres históricas: Djingareyber, Sankoré y Sidi Yahia.
Actualmente, hay en total 22 mausoleos intactos en Tombuctú, de los cuales 16 inscritos en la lista del patrimonio de la Unesco.

¿De cuándo datan? Los más antiguos se remontan al siglo XIV, según los expertos.

¿Quién los construyó? Inicialmente se construían de forma anónima y colectiva, aunque solían ser obra “de familiares o discípulos” del santo. “Con el paso del tiempo, se hicieron obras de remodelación” que corrieron a cargo de parientes, habitantes o mecenas, según Ben Essayouti.

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