Los médicos: una vida de sobrevivencia

Los médicos: una vida de sobrevivencia

 Si deseas saber si de verdad eres pobre, pregúntate, ¿Cuánto tiempo puedo vivir sin producir? Si apenas dura días o meses, y empieza a padecer riesgos, vulnerabilidad, angustia y carencia de todo tipo; sencillamente eres pobre. Los indicadores dicen que una persona debe tener ahorrado 4 ó 6 veces el sueldo que gana, para soportar una crisis.

Los médicos existen entre un sistema de sobrevivencia, y una agonía por alcanzar lo tangible por sobrevivir: tener una casa, un vehículo, un trabajo decente, una pensión digna, una calidad de vida que le permita vivir con recreación, salud, educación y vida satisfecha. Pero, la agonía es tal, que sobrevivimos y morimos en condiciones precarias sin la satisfacción y el bienestar de sentir que al país que se le sirve ni te valora, ni proporciona las garantías humanas para sentir la felicidad.

El 60% de los médicos no tienen casa; no poseen ingresos dignos por el trabajo que realizan, y si llegan a la vejez después de 40 años de trabajo les pensionan con sueldos de 15 a 20 mil pesos, que no les alcanza para mantener las enfermedades adquiridas: hipertensión, diabetes, infartos, Parkinson, demencias, artritis, depresión, etc.

Ahora, la Radiografía de la sobrevivencia es peor. Las ARS deciden a quién le asigna un código de trabajo. Les excluyen su ARS y la debilitan para que pasen al Estado con todas las penurias de la falta de cohesión social. Los médicos jóvenes que recién terminan una especialidad, no encuentran trabajo; no tienen préstamos para equipar un consultorio o entrar a una clínica; ni hablar para obtener un vehículo o casarse y mantenerse sin la ayuda de sus padres.

 Es una agonía de principio a fin; donde cada espacio hay que lucharlo y vivirlo, soportarlo y sobrevivirlo, a sabiendas de que los años que vendrán será la misma agonía.

Los médicos(as) no tienen un hospital, ni un buen seguro de vida, ni poseen lo acumulado para darle respuesta a la contingencia de una existencia desigual. Sobreviven, aparentan, hacen lo imposible por reír, vestir, viajar, comer, y sentirse orgullosos(as) de lo que han decidido ser y defender.

El diagnóstico no es bueno. El pronóstico tampoco. La mayoría son pobres y viven desiguales. La gente solamente percibe a los pocos que les han ido bien, por su talento, su habilidad, su inteligencia, su disciplina de trabajo o por sus oportunidades; pero, de forma generalizada, les confieso que son sobrevivientes; gracias a la falta de cohesión social, a la inequidad, y al sistema desigual en que vivimos.

Una profesión debe ser el orgullo y la satisfacción de una persona. Debe de convertirse en un factor protector que produzca resiliencia, bienestar y felicidad. Para la conquista del ser, sin vivir del parecer, ni de la sobrevivencia humana.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas