Los minerales quisqueyanos

Los minerales quisqueyanos

La isla de Quisqueya, desde de los albores de su introducción en el mundo renacentista por el avance de los conquistadores españoles, ha sido explorada en todos sus rincones por el afán de ellos de conocer sus riquezas, en especial el oro tan codiciado en el siglo XVI. Luego en los siglos XIX y XX se llevaron a cabo investigaciones más serias para determinar los recursos minerales de la isla.

Después que las placas terrestres, que antes se aglomeraban en la Pangea, hace millones de años, comenzaron a viajar para darle forma a los continentes como los conocemos hoy, nuestra isla quedó como la cima de una formación montañosa que emergía del Océano para asentar la vida silvestre y animal sobre una corteza de apreciables riquezas minerales.

Quisqueya tiene una peculiar formación de las cuatro cadenas montañosas que limitan los valles que son atravesados por ríos muy importantes como el Yuna, los Yaques, Nizao, el Soco y el Arbitonito, así como los lagos Enriquillo y del Fondo, lo cual proporciona peculiaridades muy interesantes para el subsuelo de la isla atravesada por grandes fallas, pero preñadas de riquezas que poco a poco se han ido explorando en beneficio de unos pocos y en detrimento de la prosperidad general de los habitantes de la isla.

El interés por los minerales y el petróleo de la isla, fue el gran atractivo durante la ocupación norteamericana de Haití y Dominicana en la segunda década del siglo XX que produjeron, por los trabajos realizados por geólogos, resultados muy interesantes con la ubicación de los yacimientos importantes de oro, níquel, hierro, cobre, petróleo, etc., algunos de los cuales se encuentran en fase de explotación, aportando riquezas a las empresas favorecidas con los contratos de exploración y explotación.

De acuerdo a los estudios realizados, muchos de forma muy preliminar, la riqueza mineralógica de la isla es muy atractiva.

Lo positivo hasta ahora es que no se haya llevado a cabo una explotación extensiva e intensiva de esos recursos. Tal es la aspiración que continúe así, para ver si en las futuras generaciones surge la calidad humana de dos razas que dan tumbos por la historia, sin encontrar la razón de ser como naciones sometidas desde siempre a la codicia de sus tiranos y a la ineptitud de sus gobernantes y clases políticas corruptas.

Ahora que se inició la explotación de cobre en Los Martínez de Maimón y se aprestan los preparativos para llevarse a cabo la instalación de la moderna planta para el aprovechamiento del oro de los sulfuros de Pueblo Viejo, sería prudente ponderar el continuar con estudios más profundos para ubicar con mayor exactitud otros yacimientos de oro, que predominan en la parte dominicana de la cordillera Central, como en su prolongación de la cordillera Septentrional en Haití en la península de San Nicolás.

Los yacimientos de oro así como de otros minerales deben ser objeto de contratos que beneficien al país, protegiendo hasta donde sea posible el medio ambiente y que no se caiga en la tentación de acceder a acuerdos leoninos en donde se incluyen comisiones o se otorgan acciones en las empresas beneficiadas para los políticos y técnicos que intervienen en las negociaciones.

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