Los negocios chinos

Los negocios chinos

Eduardo Klinger Pevida

La ley es la ley. A nadie sorprenda que si alguien burla normas y regulaciones de la DGII, Aduanas y Finanzas se le apliquen las sanciones pertinentes y adecuadas según la legislación, sin discriminación ni sectarismo. Extraño sería que se permitiese a unos y a otros no.

El comercio con China comenzó en 1998 cuando se autorizó la apertura de una oficina comercial en el país. Fue la Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo la que organizó varias ferias comerciales chinas en la RD. Cuando se establecieron las relaciones formales, hace casi 6 años, ya se importaban 2500 millones de dólares de productos chinos. Hoy hay cientos de negocios.

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No hay dudas de que todos deben ajustarse a la ley y normas, sin exclusión, ni escándalos. Intentar satanizar al empresariado chino generalizando faltas en que unos pocos hayan incurrido va contra los intereses de captar inversión extranjera china. La prensa reseñaba un informe indicando que la DGII en 2023 había impuesto 4 mil multas por infracciones y que de ellas solo 276 fueron a comerciantes chinos. Consecuentemente, la gran mayoría respeta las leyes, trabajan duro y crean empleos. Todos saben que soy sinólogo, o sea, que estudio a China, y he alertado que, desde ese gigante, pivote del siglo XXI, hay un gran potencial para el país aun no plenamente aprovechado. Hay creciente interés de empresas chinas por el país.

El empresariado preocupado por la competencia china fue oído y se les ha prestado atención, pero el justo control de los negocios chinos no les brinda, por sí mismo, ventajas competitivas.

Eliminadas las desventajas ilegítimas que reclamaban, los productos chinos de calidad y económicos seguirán llegando, ofreciendo buenas oportunidades a la población. Este escenario es capitalista, hay que competir.

A todo sector empresarial, donde quiera, le puede llegar un momento crucial en que tienen que tomar decisiones estratégicas: cambiar de proveedores y hasta trabajar con tasas de beneficio más bajas.

La DGII, Aduanas y Finanzas deben aplicar las normas a todos. Eso aumenta los ingresos del Estado.

El empresariado local debe velar porque todos, absolutamente todos, propios y ajenos cumplan con la ley. China es la “fabrica y mercado del mundo”. Hasta EEUU tiene gran déficit comercial con ella.

Que algún que otro árbol caído no nos impida ver el bosque. Que empresas chinas y locales celebren el sexto aniversario de relaciones con un futuro limpio.

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