Los niños  de Rafey

Los niños  de Rafey

La humanidad ha ido atravesando etapas desde tiempos difíciles, con promedios de vida muy cortos, sin luz eléctrica ni autos, hasta nuestros días de comunicación al instante, inter net, obras colosales de ingeniería y los beneficios continuos del avance  de la ciencia en todos los órdenes. Pero el progreso no es tan  homogéneo como para incluir a todos los pueblos ni a cada estrato social.

Existen dramáticas  y hasta vergonzosas excepciones; gente que se desenvuelve en la indigencia ante la indiferencia y la desidia de otras personas con autoridad y recursos  que deberían hacer algo por ella.

Ha debido causar   espanto y condena la situación en que  se encuentran no menos de 200 niños “buzos” que en compañía de adultos “navegan” cada día en el horrendo vertedero de Rafey en Santiago, en busca de objetos de algún valor que otros mortales botan.

Sobrevivien en un auténtico muladar y el resultado es que están enfermos  por fuera y por dentro; en la piel y en sus entrañas.

Probablemente pueda encontrarse en ciertos lugares a animales de granjas modernas o de establos de equinos de paso fino de la exquisita vida burgués, rodeados de más higiene.

No estamos cayendo en la tontería de exagerar como numéricamente representativo el hecho de que esos 200 niños estén en  la miseria extrema.

Niños sanos, bien comidos, protegidos socialmente, los hay por doquier, pero ello hace más inexplicable y  vergonzosa la situación que ocurre ante los ojos del poder y de otros afortunados.

Ese pequeño infierno de inmundicias debería remover espìritus y voluntades. Ese foco contaminante  no debería ser accesible. Ese contacto entre la basura y los niños no puede seguir.

Las adolescentes de Boca Chica

Sucedió que unas 17 menores de edad, o muy jóvenes, fueron seducidas y corrompidas por perversos adultos que las tomaron para filmar escenas pornográficas.

Nunca imaginaron esas mentes inmaduras que sus rostros, conocidos en las calles de Boca Chica donde se dio el caso, aparecerían en  Internet.

El inevitable escándalo creció como bola de nieve en el lugar, pues se trataba de adolescentes matriculadas en escuelas públicas y privadas.

Aunque fueron víctimas de curtidos explotadores de la juventud y la niñez vulnerable, atraídas  por individuos que siguen libres y  muy campantes por las calles, la reacción de los directores de los planteles  ha sido la de expulsarlas de las aulas en el momento en que la morbosidad de una pequeña comunidad se ensaña contra ellas.

Ha  sido como si disponer que  esas muchachitas sin formación moral suficiente para diferenciar con precisión el bien y el mal se larguen a seguir  por el camino de la perdición total, condenadas al cine porno y quizás a la prostitución porque el sistema educativo ya no las acepta.

¡Dios se apiade de ellas! en lo que alguien de la vida terrenal asume con caridad y  sensatez su responsabilidad frente al caso.

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