Los niños, los animales y el entorno

Los niños, los animales y el entorno

La relación con los demás seres vivos y el entorno es lo que forma al niño, y consecuentemente a la persona. Una relación limitada solo a personas crea en los niños un temor irracional hacia los animales. Igualmente, una relación desvinculada del medio vegetal crea en los niños un miedo espontáneo al bosque, la selva, el monte y hasta a un solar yermo.

El contacto con los animales provoca en los niños un tipo especial de ternura, de protección hacia ellos. De la misma manera, el contacto con los árboles y su temprana apreciación de que se trata de seres vivos, con funciones parecidas a las de los humanos, desarrolla en los niños el amor por los demás seres con que compartimos el planeta, formándoles, según van evolucionando hacia adultos, como personas responsables para con su entorno.

Pero la relación con los animales va mucho más allá. A veces les orienta hacia una profesión relacionada con éstos, no solamente hacia la medicina veterinaria, como normalmente se piensa. Esta relación orienta indefectiblemente a los jóvenes a elegir profesiones cuyo enfoque y ámbito es la naturaleza: conservación de los animales, desarrollo del recurso forestal, investigación climática, recuperación de áreas, preservación de zonas vírgenes, investigación en busca de nuevos productos y subproductos, multiplicación de recursos vivos, etc.

En cuanto al desarrollo síquico personal la relación con los animales aporta los mayores beneficios conocidos. Las personas que guardan contacto permanente con animales por lo general son personas muy equilibradas y desarrollan puntos de vista suficientemente elevados que les permiten abstraerse de antropocentrismos, conservando asimismo un alto concepto de la equidad. En situaciones de tensión encuentran en los animales el recurso perfecto para relajarse y evitar el estrés.

Por el contrario, la separación de los niños de los animales y del entorno los hace personas temerosas de todo lo que les rodea. Ven en cada montecito o solar yermo una posibilidad de morir devorados por animales feroces, tarántulas, culebras constrictoras y una cantidad más de imágenes creadas hacia su síquis en ausencia de los animales reales.

Los niños que por educación, hábitos o vinculación económica mantienen una relación con los animales se muestran seguros de sí, algo que no ocurre con los niños y jóvenes de ciudad, que al verse en medio de un ambiente predominantemente natural, con abundancia de árboles y animales, se sienten amenazados por un entorno que es el que les mantiene vivos, aunque sea a través del supermercado.

[b]CHOCOLATE: MANJAR DE DIOSES Y NIÑOS[/b]

El chocolate, extraído de las semillas del fruto del cacao, mantiene desde antiquísimas culturas enorme influencia sobre el gusto de la gente. Sin embargo, se ha hablado mucho tanto de las propiedades nutritivas como de los posibles daños que puede generar su consumo, principalmente en los niños.

Según algunos naturistas entre ellos el profesor Késhava Bhat, muy conocido en la República Dominicana el chocolate contiene una sustancia llamada teobromina que crea dificultades en el proceso de aprendizaje tanto entre niños como en personas mayores. Por otro lado, el profesor Hiroshige Itakura, de la Universidad Cristiana Ibaraki, del Japón, señala que el chocolate es beneficioso para la salud. La razón de esta aseveración es porque contiene polifenol de cacao, el cual contribuye a inhibir el desarrollo de la arteriosclerosis y el cáncer.

También dice el profesor Itakura que el chocolate equilibra el sistema inmunitario y ayuda al cuerpo a recuperarse del estrés. Según Itakura, éste es más eficaz cuando es de alta calidad, elaborado con muchos granos de cacao y muy poca azúcar y manteca.

Sin embargo, el profesor Itakura recalca la importancia de incluir en la dieta diaria hortalizas (verdes y amarillas) y proteínas que contengan los polifenoles que el organismo requiere.

[b]ALERTA CON LA CAFEÍNA[/b]

Aunque los niños no tomen café ni té, las bebidas carbonatadas que muchos consumen les aportan suficiente cafeína como para experimentar síndrome de abstinencia cuando dejan de tomarlas.

Un equipo de especialistas encabezado por la doctora Gail A. Bernstein, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota, se centró en los efectos de la cafeína en la capacidad de concentración de treinta niños en edad escolar. Se aumentó el consumo de cafeína al equivalente de beber tres latas de refresco de cola diarias. Al cabo de una semana, los niños no tomaron cafeína durante un día entero. En ese día y durante la semana que le siguió, la capacidad de concentración de los alumnos disminuyó drásticamente. «La mejor manera de evitar semejante fenómeno comentaron los investigadores es no permitir que los niños consuman demasiadas bebidas con cafeína», es decir, cola.

Pero el otro problema, colateral al consumo de cola, es cuánta gente hace caso a estas sugerencias producto de investigaciones serias; cuánta gente controla en sus niños el consumo de cola; cuántas escuelas y colegios sacan de sus respectivas cafeterías las colas. Por lo menos tenemos seguro que en el Colegio Mundo María Montessori solamente se permite el expendio de bebidas realmente naturales, ni siquiera de cajas.

[b]LOS PERROS Y LOS NIÑOS[/b]

Con toda seguridad los perros son los animales más cercanos a los niños. De toda la fauna con que los seres humanos nos relacionamos es el perro el que ha mantenido la mayor identificación con los hábitos humanos desde la más remota civilización y aún cuando el hombre se organizaba en clanes y tribus.

No obstante esa cercanía, los perros conservan cierta «falta de diplomacia» que a veces los hace un tanto irascibles, o simplemente reaccionan ante desconocidos de una forma parecida a cuando eran lobos. Un boletín de la UC Berkeley Wellness Letter de hace algunos años señala que los niños pequeños sufren la mayoría de las mordeduras de perros, lesiones que por lo general son evitables. A fin de reducir el peligro, el boletín en cuestión recomienda a los padres seleccionar un cachorro con buen carácter, castrarlo y enseñarle con cariño y firmeza a obedecer y tratar bien a la gente, sobre todo a los niños.

Añade el boletín que «aunque sea un ejemplar mansísimo, nunca dé por sentado que reaccionará bien ante un nuevo bebé o que tratará bien a un niño pequeño.» En realidad, es preferible que se mantenga vigilancia sobre el niño y enseñarle que no debe acercársele solo al perro, sino acompañado del dueño.

Es importante que para los primeros acercamientos del niño al perro tanto el dueño como el niño le hablen y le den a oler manos y puños. Si la reacción del perro es gruñir o erizar el pelo es necesario quedarse tranquilo y no darle la espalda, mucho menos salir corriendo, ya que los perros tienen el instinto de perseguir y atacar a las presas que huyen, algo que heredaron también de los lobos.

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