Los niños muertos acusan a los políticos

Los niños muertos acusan a los políticos

La tragedia del hospital Robert Reid Cabral, con la muerte de once niños que ya de por sí estaban en muy malas condiciones de salud, generó un tsunami de destituciones con lo que se pretendió cerrar un expediente de incapacidad y falta de recursos que afecta a ese hospital y a todo el sistema de salud.

La tragedia de los niños ha permitido descubrir que cada fin de semana resulta trágico en el hospital infantil, ya que el grado de mortalidad es muy elevado, no provoca alarma entre los médicos ya que muchos de esos niños no tienen dolientes y a veces son abandonados por los familiares cuando se dan cuenta que es un caso que no tiene remedio.

Incluso, según las estadísticas publicadas, ha habido otros fines de semanas tan trágicos como el del escándalo con más muertes, totalizando por encima de los 670 fallecidos para este año, lo cual indica que se considera como normal esa morbilidad en niños hijos de Machepa.

Pese a la agobiante y sobre cargada campaña del Gobierno para pretender hacernos creer que el sistema de salud marcha sobre ruedas con relucientes fotos y vídeos de lo bien equipados que se encuentran los hospitales, se está ocultando lo mal que se encuentran en una realidad que pugna por zafarse del manto falso del bienestar y les explota en el momento menos esperado con todas las carencias y deficiencias, incapacidades y descuido del personal que casi siempre terminan en tragedias.

Esa tragedia, que ha conmovido al país en sus fibras más íntimas pese que ya era un caso normal, indica lo mal como operan las dependencias gubernamentales, que sus subalternos dañan la obra de un buen gobernante, tirándola por tierra, desacreditando sus funciones y sacrificios como los que se realizan en torno a ese hospital infantil por destacadas damas del entorno presidencial.

El hospital infantil ha disfrutado desde el 2004 de una atención y dedicación especial y cuidadosa desde el Palacio Nacional, en que la primera dama de aquel cuatrienio dedicó todos sus empeños para cambiarle la imagen de abandono, y por tanto, debe resultarle muy frustrante para ella, así como a la primera dama actual, darse cuenta que sus desvelos tan insistentes para dotar al hospital de equipos modernos y mejorar su infraestructura física casi semanalmente, para modernizarlo, pero se han dado cuenta que todo se ha vuelto sal y agua. Con esta tragedia queda demostrado el descuido del burócrata que trabaja para el Estado, que les importa muy poco el servicio que ofrecen y mucho menos cuidar los equipos o los médicos y enfermeras llevarle esperanzas a los enfermos y sin preservar los equipos bajo su vigilancia.

Incluso, de esos modernos equipos aportados desde los despachos de las primeras damas y el vice presidencial de ahora, ya muchos no funcionan, o están almacenados o se sobre utilizan cuando en las camillas de emergencia se acuestan hasta cinco niños en precarias condiciones para los primeros exámenes.

Son muchas las notas de prensa y vídeos que desde el Palacio Nacional se han divulgado para destacar los empeños de las damas más destacadas en el entorno oficial, para demostrar su dedicación al hospital infantil y todo eso se derrumba y es frustratorio hasta que llevó a la vicepresidenta de la República a emitir una indelicadas declaraciones de que ella sabía cómo resolver la situación del hospital después de la muerte de los niños, lo cual podría afectar su futuro político.

Ya el gobierno acudió a la solución típica de esta situación, que es proceder a las cancelaciones de los más altos incumbentes de Salud y del hospital, pretendiendo establecer que de esa manera todo se va a resolver, ya no habrá más niños muertos y que el hospital recibirá una buena subvención, equipos y personal nuevos. Pero de seguro, por la experiencia del pasado, pronto nos daremos cuenta si solo se trata de ocultar deficiencias, ya que es difícil que tal cosa se logre, pero aparecen valientes informadores que desnudarán las deficiencias, tal como lo hacen semanalmente dos valientes reporteras en sus cautivantes programas de denuncias.

 

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