Los nuevos premios de la Fundación Corripio

Los nuevos premios de la Fundación Corripio

DIÓGENES CÉSPEDES
Me siento complacidísimo con la decisión de Don Pepín Corripio y su Fundación de crear cuatro nuevas categorías de Premios Nacionales, en adición al Premio Nacional de Literatura ya existente: Ciencias Sociales, Ciencias Naturales y de la Salud, Arte y Comunicación. Han obrado la Fundación y su presidente con espíritu de justicia y no dejaron afuera ninguna actividad creadora de valores artísticos, sociales y científicos hecha por dominicanos y dominicanas. En el discurso de recepción del Premio Nacional de Literatura 2007 propuse que este galardón permaneciera limitado a los géneros literarios tradicionales.

Propuse, además, lo siguiente: «que la Secretaría de Estado de Cultura y la Fundación Corripio asuman la creación de otro Nóbel dominicano en el ámbito de las Ciencias Sociales, de modo que incluya las obras de una vida en Historia, Sociología, Economía, Antropología, Etnología, Pedagogía, Filosofía y otras disciplinas que pudieran formar parte de esta categoría o de las Humanidades» (Areíto, 24 de febrero de 2007, p. 5).

Esas «otras disciplinas» por las que clamé eran, sin nombrarlas, las Artes. El Premio Fundación Corripio de Arte las incluye: Arquitectura, Escultura, Pintura, Dibujo, Danza y Música (interpretación o composición), Teatro y Cine. Teatro aquí se refiere a la representación en las tablas, pues el teatro como género literario ya está incluido en el Premio Nacional de Literatura.

Por otro lado, el Premio Fundación Corripio de Ciencias Sociales se otorgará en las áreas de Antropología, Historia, Politología, Psicología, Sociología y Economía, según Don Pepín Corripio (HOY, 23/VIII/ 2.007, p. 1 y 6).

Si en mi discurso del 20 de marzo no mencioné las Ciencias Naturales y de la Salud fue porque, como miembro de número de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, sabía que esa corporación otorga anualmente este tipo de galardón. Pero Don Pepín y su Fundación han tenido el sentido de la oportunidad y ha de desearse, si no está contemplado, que estos nuevos galardones tengan un aval oficial idéntico al del Premio Nacional de Literatura.

Lo mismo digo con respecto al Premio Fundación Corripio de Comunicaciones, el cual incluye prensa escrita, radio, televisión y on line: El Estado y la Secretaría de Educación tienen un Premio Nacional en esta área y que recuerde, se le ha otorgado en los dos últimos años a Francisco Comarazamy y Mario Álvarez Dugan.

Lo de aval oficial es correcto porque el reconocimiento a los galardonados abarca los sectores público y privado. Esto le da una dimensión nacional. La composición de los Jurados en manos de las Universidades mantiene una distancia y un equilibrio con respecto al ámbito oficial, que tiene solo un voto. Según la especificidad de estos premios, es saludable que el gobierno no ponga ni un céntimo, lo cual garantiza un margen de autonomía o independencia del Jurado.

Esto fue muy recalcado por Don Pepín en la rueda de prensa: «Recordó que la Fundación Corripio es de carácter familiar y se abastece sólo de los fondos de la familia, a través de las empresas del Grupo» y que «no tiene subvenciones, ni [hace] solicitudes a terceros, privados o públicos, ni [recibe] ningún tipo de subsidio, ayuda o colaboración económica de ningún tipo:» (p. 6) Esta advertencia tiene sus destinatarios.

El anuncio de Don Pepín le otorga un carácter de solidez y prestigio a estos premios. Las prácticas sociales que incluye legitiman el concurso, ya que participará un amplio espectro de artistas, literatos, cientistas naturales, sociales y comunicadores. La dotación en metálico (un millón de pesos) es atractiva y toma en cuenta el monto invertido por determinados concursantes que incurrirán en gastos para presentar sus obras (pienso en escultores, pintores, músicos).

Debido al mucho o escaso desarrollo de algunas prácticas sociales, la Fundación ha tenido la prudencia de alternar, anualmente, por áreas, la participación de los concursantes. Una novedad de estos premios es que el nuevo reglamento permite a personas individuales someter candidatos a la consideración del Jurado.

Quienes se dedican al cultivo de estas disciplinas deben sentirse muy satisfechos con la ampliación de estos galardones.

Las universidades que forman parte del Jurado tienen en sus departamentos o escuelas los recursos humanos capacitados y eficientes para asesorar a los rectores a realizar una selección justa que coloque la producción de valor artístico o conocimiento científico nuevo por encima de cualquier consideración.

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