Los números de Leonel

Los números de Leonel

Como siempre, su discurso en la Asamblea Nacional estuvo cargado de fábulas, cifras manipuladas y comparaciones que la historia recoge de otra manera. Repitió que las reservas internacionales del Banco Central eran pocas en diciembre del 2004, de US$602.2 millones, pero deliberadamente ocultó que a Hipólito él le había dejado solo US$507.5 millones en agosto del 2001, suficiente para 23 días de importaciones.

Como no ha resuelto un solo de los problemas fundamentales de la economía y por mentir, hace tiempo que perdió credibilidad pública, las encuestas lo tienen como el presidente peor evaluado de América Latina. Por eso no extraña que, cuando comparó cifras, no explicó al pueblo que mientras el gobierno de Hipólito tuvo superávit en la cuenta corriente por US$539 millones, en los suyos tiene déficits acumulados por US$21,000 millones. Que el problema no era solo la magnitud del déficit externo, también la razón de su existencia. Que no se debió a inversiones en bienes de capital, porque de haber sido de esa manera tendríamos empresas en condiciones de exportar, generar divisas y empleos productivos, que no es el caso.

Que su exceso de gasto produjo los déficits, el PIB creció 7.1% y el gasto agregado lo hizo en 20%. Que el diferencial de crecimiento creó la brecha externa, la caída del ahorro interno de 15.5% como promedio en el gobierno de Hipólito a 9.1% en el 2011, limitando las reservas internacionales del Banco Central a US$3,638 millones, suficientes para 2.7 meses de importaciones. Un estadista que no miente reconoce que de haber controlado el gasto agregado, las reservas internacionales pudieron superar los US$6,000 millones, equivalentes a 5 meses de importaciones como se recomienda internacionalmente. Porque en sus 7 años de gobierno las entradas de capitales por inversión extranjera y préstamos públicos totalizaron US$26,500 millones. 

Pero siguió el camino de las mentiras. Volvió a repetir la falsa historia de la crisis del 2003, sin decir que su gobierno (1996-2000) permitió que aumentara en 337% (RD$66,290 millones) los préstamos de la banca, obligándola a endeudarse en más de US$3,000 millones en forma de depósitos y préstamos. Tampoco explicó que la política creó un importante diferencial de interés entre el mercado internacional y el local, que incentivó a empresas y personas a tomar prestado en dólares para invertir en pesos, lo que produjo un cambio en la composición de la hoja de balance de los agentes como dicen los economistas.

Lo anterior, combinado con fallos en la regulación y supervisión, creó un ambiente de dinero fácil y las condiciones para que se gestara el fraude dominicano de los Ponzi y Madoff.  El descubrimiento de la quiebra bancaria gastilló la crisis, porque los agentes acudieron al mercado a comprar los dólares que necesitaban para repagar deudas contraídas en el gobierno de Leonel. Como dirían los historiadores, fue lo que ocurrió, cómo ocurrió y porqué ocurrió. Pero Leonel prefirió la mentira.

En síntesis, sobre el gobierno de Leonel 1996-2000 recae la mayor responsabilidad histórica de la volatilidad cambiaria del 2003 y 2004 y sus consecuencias sociales. Es responsable de la causa de las causas de la crisis.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas