Los ocoeños al rescate de su valle

Los ocoeños al rescate de su valle

El valor de los ocoeños se nota de cómo asimilaron  los empeños que el dinámico y proactivo sacerdote canadiense Luis Quinn impartió en todas sus acciones, teniendo la respuesta en el entusiasmo  de la comunidad  para asimilar esos esfuerzos y darle un nuevo sentido a sus vidas con mayor grado de  solidaridad.

Esa  actitud de acción y de no mendigar ha quedado demostrado en días pasados  cuando reunidos en su oficina de desarrollo acordaron enfrentar con sus propios esfuerzos  los puntos críticos  que desde hace años padece  la única vía de acceso desde la carretera Sánchez que en muchas ocasiones torna la llegada a Ocoa en algo muy precario y peligroso.

 Con cada tormenta y aguaceros torrenciales,  el acceso a San José de Ocoa siempre es precario ya que los trabajos realizados carecen de verdadera comprensión del problema en el comportamiento de las lomas que rodean el fértil valle ocoeño.  

 El acceso a Ocoa, desde la carretera Sánchez, es difícil, pero los ocoeños, comprendiendo su responsabilidad cívica,  van a dar un ejemplo de unidad y acción sin esperar que las autoridades acudan  en su ayuda.

Y es que Ocoa  no es una plaza electoral de envergadura como los Macorís o San Cristóbal. Sin embargo, posee el espíritu de hombres y mujeres que son ejemplo de trabajo y dedicación para el resto del país. La Naturaleza se ha encargado de ir atacando las laderas de las lomas, y los grandes deslizamientos de tierra, en un terreno poco firme, provoca que las soluciones técnicas  sean más costosas y desafiantes.

El problema es mayor, ya que el acceso desde Ocoa a Rancho Arriba y hasta Piedra Blanca,  en la carretera  Duarte, sufre los impactos de grandes deslizamientos de terreno. Ahora existe un proyecto de la llamada carretera Cibao-Sur, para reconstruirla. Si es que se llega a ejecutar, contribuirá  al desarrollo de toda la región norte de San José de Ocoa, que periódicamente queda atrapada por las crecientes del río Nizao y de los derrumbes contantes  de las lomas en las cercanías de Juan Adrián.  

Ese es un acceso a Ocoa que permanecía  abandonado. Es ahora que se habla de su reconstrucción, ya que es  el paso natural del Cibao al Sur. Otro paso era la carretera desde Constanza  a Ocoa, inaugurada en 1956. Constituyó  una proeza de la ingeniería, pero a partir de 1966 se olvidó el mantenimiento  con excepción del tramo Ocoa-Sabana Larga, dejando que languideciera una vía que atraviesa las tierras más fértiles de la provincia ocoeña. 

Encerrada en las estribaciones  sur de la Cordillera Central, Ocoa es víctima de su ubicación.

Gracias al esfuerzo de sus habitantes,  han logrado rehabilitar las peladas lomas por el  dinamismo que esparciera el Padre Quinn y esos eriales se convirtieron en generadores de riquezas agrícolas sirviendo de estímulo para emprendedores ocoeños que  lograron establecer valiosas  siembras de aguacates.

Es tiempo que las autoridades acudan a hacerle frente a la desesperación de los ocoeños en su virtual aislamiento.

Que las autoridades contribuyan a las iniciativas de los hombres y mujeres  de Ocoa que se han decidido reconstruir su vía de acceso para que en un común esfuerzo solucionen los graves  problemas  técnicos y geológicos  que afectan desde siempre esa vía.

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