PARÍS. Los siete sindicatos y organizaciones de estudiantes que se oponen en la calle a la reforma laboral del Gobierno francés lanzaron hoy un llamamiento para intensificar los paros y las protestas.
Los opositores a la reforma laboral pidieron “continuar y amplificar las movilizaciones”, en un comunicado conjunto emitido horas después de las protestas registradas ayer en la octava jornada de huelga.
Las organizaciones, lideradas por la Confederación General del Trabajo (CGT), explicaron que pretenden organizar “convergencias de luchas interprofesionales (…) en los próximos días”, con vistas a la próxima jornada de manifestaciones que han fijado para el 14 de junio, coincidiendo con el inicio de los debates sobre el proyecto de ley en el Senado.
También dijeron que van a poner en marcha lo que llaman la “votación ciudadana” con la que quieren dejar en evidencia que una mayoría de los franceses están en contra de esa propuesta legislativa de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri.
Se quejaron de “la violencia” de las declaraciones del Gobierno del primer ministro, Manuel Valls, su “menosprecio con el movimiento social y su encabezonamiento por no retirar” la reforma laboral, lo que “refuerza la determinación” de los que la combaten.
El secretario general de la CGT, Philippe Martínez, insistió ayer en su exigencia de que el Ejecutivo retire el proyecto de ley para discutir de otras cosas, y lo justificó porque el texto “no conviene al 70% de los franceses”.
En las manifestaciones que se organizaron por todo el país participaron 153,000 personas, según la policía, y 300,000 según la CGT. Son cifras superiores a las de la precedente jornada de movilizaciones, pero netamente inferiores a las de las primeras.
Valls acusó de “irresponsabilidad” a la CGT por su actitud de multiplicar los bloqueos en sectores estratégicos como el petrolero y la electricidad.
Las fuerzas del orden levantaron esta mañana, el bloqueo del complejo petrolero de Donges en la desembocadura del Loira (oeste), que llevaba diez días ocupado por un piquete de varias decenas de militantes de la CGT, que no opusieron ninguna resistencia y se retiraron a la llegada de los antidisturbios.
Los trabajadores de la terminal petrolera de Le Havre (noroeste) decidieron continuar con el paro en esta instalación que, entre otras cosas, abastece los aeropuertos de París. El oleoducto que conecta Le Havre con los aeropuertos Charles de Gaulle y Orly ha funcionado parcialmente.
Según la Unión Francesa de Industrias Petroleras (UFIP), hoy continuaban con la actividad total o parcialmente interrumpida seis de las ocho refinerías del país (cinco en parón total). Y de acuerdo con las cifras del Ministerio de Transportes, alrededor de la quinta parte de las gasolineras del país tenían agotadas sus existencias de alguno de los combustibles habituales.
Otro punto de tensión es la producción eléctrica, ya que en las 19 centrales nucleares (que producen más del 75 % de la electricidad en Francia) se había votado mayoritariamente por la huelga y, aunque no se apagaron los reactores, en una decena de ellos hubo bajadas de tensión que la CGT había evaluado en un recorte de 5.000 megavatios.
La semana próxima hay convocadas una larga serie de huelgas en los transportes, algunas de ellas indefinidas y, en el caso de los controladores aéreos podría prolongarse durante tres días (el 3, 4 y 5 de junio), aunque en este caso por razones propias, ajenas a la reforma laboral.