Los padres deberían observar frecuentemente los ronquidos de los niños en edades comprendidas entre los dos y los ocho años, advirtió el pediatra Ignacio Tapia, porque podría ser uno de los síntomas de los trastornos del sueño.
Al hablar sobre los efectos de las terapias de la obesidad en los desórdenes del sueño, durante la XII Jornada Nacional de Pediatría, llevada a cabo en el hotel Dominican Fiesta, Tapia aseguró que los trastornos del sueño en la población infantil se diagnostican más desde hace unos 20 años y afectan del 2 al 5% de la población de niños menores de ocho años.
La prevalencia estimada es alta si se revisa que el asma, que es una de las patologías más frecuentes en esa población, puede tener una prevalencia de un 10%, resaltó Tapia.
Los padres, dijo, también tienen que revisar con más profundidad la respiración de los niños, sobe todo cuando los pequeños vienen de la prematuridad.
Sostuvo que algunos padres de niños prematuros reportan que los pequeños se quedan sin respiración.

Apnea. La apnea del sueño es un síndrome, es decir, un conjunto de signos y de síntomas, que tendrá consecuencias importantes, tales como la falta de rendimiento escolar, fatiga y falta de calidad de vida. Algunos niños con situaciones más severas pueden tener hasta la presión arterial elevada.

Tapia dijo que todas las personas al dormir bajan su presión arterial pero el esfuerzo con los ronquidos lleva a que la presión arterial suba.
Mientras más se despierten durante las noches y se sientan fatigados por un tiempo prolongado, habrá mayor posibilidad de que el menor tenga alta presión.
Estos trastornos del sueño pueden ocasionar hiperactividad y decaimiento en los niños, expresó Tapia.
La apnea obstructiva, que reduce la calidad de vida de los pequeños, tiene corrección con tratamientos pero en ocasiones la solución es quirúrgica porque los niños tienen problemas de amígdalas y adenoides, aseguró Tapia.