El CEO de Facebook Mark Zuckerberg (centro) a su llegada a una cumbre del foro de Cooperación Económica de Asia y el Pací¬fico en Lima, el 19 de noviembre del 2016.
San Francisco.- La publicación de los denominados “papeles de Facebook”, que ahondan en la forma en la que la compañía antepuso sus ganancias a la seguridad y la desinformación, han redoblado la presión sobre su consejero delegado, Mark Zuckerberg, en la misma jornada en la que la red social presentó resultados.
Estos documentos, que publica este lunes un consorcio de diecisiete medios que incluye a la CNN, el New York Times y el Washington Post, están aportando nuevos detalles a las filtraciones de una exempleada de la compañía, Frances Haugen, que publicó hace semanas The Wall Street Journal.
La política de anteponer los resultados económicos a la seguridad en la red, la falta de control frente a la desinformación o la ausencia de medidas de precaución internas justo antes del asalto al Capitolio son algunas de las cuestiones que se destacan en las nuevas publicaciones sobre la red social.
La compañía se defendió de la publicación de los “papeles» insistiendo en un comunicado en que “la premisa de todas estas historias es falsa” porque aunque Facebook sea un negocio que trata de lograr beneficios, la idea de que lo hacen a costa de la seguridad o el bienestar de las personas “es una mala interpretación».
Entre las nuevas revelaciones se destaca que la empresa de la red social apenas dedica recursos a combatir la información falsa fuera de Estados Unidos, y su efectividad es casi nula en países en vías de desarrollo como India, en este momento el país con más usuarios de Facebook del mundo.
Según un informe elaborado por la propia compañía, en 2020 el 84 % de las actuaciones contra información falsa en Facebook e Instagram (de su propiedad) ocurrieron en EE.UU., pese a que la gran mayoría de sus usuarios se encuentran fuera de ese país.
Los documentos también describen cómo la empresa cayó en la desidia tras las elecciones presidenciales en EE.UU. de noviembre pasado y desactivó medidas de precaución antes del asalto al Capitolio del 6 de enero.
Según las informaciones publicadas, muchos de los trabajadores que durante los meses previos a los comicios habían formado parte del equipo de prevención contra noticias falsas y contenidos de odio, se tomaron excedencias o cambiaron de cargo tras las elecciones.
Además, Facebook dio marcha atrás con decenas de medidas que había activado para evitar el caos en la jornada electoral como la supresión de ciertos grupos, y el equipo de integridad cívica fue prácticamente desbandado por temor a las críticas que sus miembros dedicaban con cada vez mayor frecuencia a la propia empresa.
La información contenida en los “papeles” también ofrece más detalles sobre la falta de recursos destinados por parte de la empresa a eliminar discursos de odio, e indica que hace dos años la empresa redujo el tiempo que los moderadores humanos dedican a revisar las quejas de los usuarios por este motivo.
Los propios empleados de Facebook manifestaron en comunicaciones internas su escepticismo sobre la posibilidad de que, en el futuro, la red social llegue a poder identificar de forma eficaz la mayoría de los contenidos de odio en la plataforma.
Así, según las estimaciones de un empleado, los sistemas automáticos de control eliminan contenidos que sólo generan el 2 % de las visualizaciones de discursos de odio en la plataforma, mientras que las estimaciones de otro grupo de empleados en marzo de este año elevan ese porcentaje a entre el 3 y el 5 %.
Pese al intenso escrutinio que está recibiendo por parte de la prensa y los políticos, Facebook sigue ganando usuarios y disparando sus beneficios, que en los primeros nueve meses del año subieron un 62 % con respecto al mismo período de 2020.