Los parques en nuestra sociedad tienen conflictos en su uso, carácter y manejo por parte de las autoridades.

¿A quienes pertenecen los parques?

En los parques de muchos países se realizan actividades diversas: artísticas, religiosas y recreativas, no así en el nuestro. Hace un año, para el 29 de septiembre se celebró en todo el país el día de San Miguel. San Miguel es uno de los principales santos-misterios del vodú dominicano y su gran peso social se muestra con la celebración de fiestas en toda la geografía nacional, tanto en comunidades rurales como en barrios. 

Manifestaciones como el baile de palos, que son parte de nuestra cultura de origen afrocaribeño son reprimidas, como ocurrió en el parque San Miguel el año pasado. Militarizaron el parque prohibiéndose  el toque de  palos,  una tradición de todos los años en este lugar. La represión a estas manifestaciones es fruto de la negación de nuestras raíces afrocaribeñas y  nuestra identidad.

En nuestros parques (a diferencia de los parques de muchos países de América Latina y Europa) se prohíbe a las parejas que expresen afectos, caricias, abrazos o besos, porque se es un delito. Los apresamientos en los parques a parejas que se abrazan o se besan son frecuentes, las expresiones de amor se convierten así en un grave delito que implica la cárcel. Esto ocurrió hace unos días con una pareja en el parque Duarte, la cual fue arrestada por efectivos policiales porque la mujer se sentó en la pierna del hombre en un banco del parque. ¿Cuál fue el delito? ¿Significa esto que las parejas tienen que esconderse para expresarse afecto?  ¿Tiene relación con el uso de moteles en nuestro país? 

En el Parque Duarte se ha reprimido varias veces a jóvenes que desarrollan actividades culturales con la militarización y apresamiento de los mismos. El pasado sábado 27 de junio el colectivo de gays, lesbianas y transexuales intentó realizar una celebración del día del orgullo gay en el parque Duarte. La actividad fue reprimida por fuerzas policiales que se aproximaron al lugar. Las manifestaciones de los gays, lesbianas y transexuales son expresiones de la diversidad de opciones sexuales existentes en el país.  Su represión niega el carácter democrático de nuestra sociedad.

El carácter público de los parques se está perdiendo con acciones como las descritas y en ellos se violan cotidianamente los derechos de la población a expresarse y a transitar libremente.