Dialogando hace un par de años con mi compueblano Fafa Taveras sobre la composición política en la República Dominicana, me expresó que gran parte de los problemas internos que surgen en la mayoría de los partidos y sus dirigentes, haciendo énfasis en el PRD, se debe en gran medida a que con el paso del tiempo se han descuidado en determinar el ADN de la organización.
Como me habló de ADN, recordé una explicación que lo define así: El ácido desoxirribonucleico, frecuentemente abreviado como ADN, es un tipo de ácido nucleído, una macromolécula que forma parte de todas las células. Contiene la información genética usada en el desarrollo y el funcionamiento de los organismos conocidos y de algunos virus, y es responsable de su transmisión hereditaria. Desde el punto de vista químico, el ADN es un polímero nucleótidos formado por muchas unidades simples conectadas entre sí, como si fuera un largo tren formado por vagones….
En tal sentido le dije que había escrito varios artículos acerca de cómo evitar choques de trenes y descarrilamientos de vagones en los partidos, y ahora, conociendo más claramente la realidad de lo que acontece, resultaría interesante que todos los partidos, en especial el PRD como herramienta fundamental para el equilibrio democrático, se aboquen a realizar seminarios con sus dirigentes para tratar ese tema, sobre todo luego de terminada la campaña electoral, y determinar entre otras cosas sus esencias e identidades.
Sería interesante escudriñar las causas reales en que se fundamentan todas las contradicciones que se han venido produciendo a través del tiempo. Si son producto de actitudes personales, ideológicas, conductuales o por cualquier otra causa. La prueba de identidad ayudaría mucho, aunque a mi entender, probablemente no se requiera la prueba del ADN como dice Fafa, sino de análisis mucho más sencillos como el de la tipificación sanguínea, porque podría ser que las incompatibilidades sean producto de transfusiones no recomendadas, porque no todos los organismos son capaces de aceptar cualquier tipo de sangre.
Es posible que con el paso del tiempo, crecimiento acelerado, contiendas internas, coyunturas electorales, proselitismo, juramentaciones, conquistas y reconquistas de adeptos se hayan producido traumatismos con hemorragias que hayan requerido aplicación de sangre, pero sin haberlas sometido a la tipificación requerida para determinar si son compatibles con las organizaciones y comprobar si el cuerpo los ha aceptado, o han provocado alteración de identidad, pues la sangre puede ser vital si son del mismo tipo y no están contaminadas.
Esta recomendación es válida para todos los partidos y agrupaciones políticas, especialmente las que como el PRD es soporte fundamental del sistema democrático, pues debe llegar la hora de saber las causas reales de las constantes contradicciones, sean producto de las tradicionales hegemonías personales, formas de concebir la sociedad, ideológicas o programáticas. Por lo tanto, si resulta complicado y costoso hacer pruebas del ADN a todo el mundo, por lo menos realizar una tipificación sanguínea dirigencial y evitar descarrilamientos con pérdida de identidad.