Los partidos y las leyes que los regularán

Los partidos y las leyes que los regularán

Si en alguna  organización política se decide redactar un documento y para tales fines se designa una comisión, pueden ustedes tener la seguridad de que si son cinco los comisionados y alguno de ellos no  decide preparar el borrador o muñeco para presentarlos a los demás,  habrán cinco ante proyectos, y cuando se presente dicho documento al organismo que los comisionó, habrán más correcciones. Imagínense lo que ocurrirá con el proyecto de ley  de partidos políticos.

No solo por cuanto existen  proyectos  presentados por diferentes entidades políticas como de la sociedad civil, sino porque por experiencias los paridos saben que la forma como se redacten los articulados, lo que se ponga o se quite, la coma o el punto, pueden cambiarle el sentido de lo que se persiga.

Saben también  que una cosa puede convenirle si están en el gobierno y perjudicarle si están en la oposición. Recuerdan que los esfuerzos del PRD para cambiar la Constitución y permitir la reelección, a quien le benefició fueron al PLD y particularmente a Leonel Fernández.

Pero hay aspectos dentro de una ley de partidos como de la ley electoral que dentro de una misma organización pudieran convenirle a unos y a otros no, lo que hace mucho más complejo el proceso de discusión entre los diferentes sectores. Lo mismo entre los partidos grandes y los pequeños o medianos.

Porque aunque  el juego político dominicano sigue siendo dominado casi absoluta o mayoritariamente por el PRD y el PLD, en determinados momentos se han visto en la necesidad de agenciarse uno que otro apoyo de algunas de las fuerzas complementarias que conforman  el ajedrez, lo que confirma  que a pesar de haber dos grandes partidos, pero al mismo tiempo varias organizaciones que no tienen por si solas mucho peso desde el punto de vista cuantitativo, una o varias de esas fuerzas pueden convertirse en fundamentales para completar las jugadas triunfadoras.

La mayoría de estos  partidos y  agrupaciones  han llenado en cierto modo sus cometidos, pues sus dirigentes están conscientes de que no representan opciones de poder de forma individual, pero han servido de soporte a los partidos mayoritarios  y ese es uno de los retos que tienen por delante los mayoritarios que estudian la ley de partidos, porque si bien existen minoritarios, tienen conciencia de que los grandes los necesitan.  Además, algunos partidos pudieran tener  la sospecha de que  sectores independientes,  de alguna manera quieren tener mayor incidencia en la regulación de sus organizaciones  como de las  instituciones encargadas de dicha regulación, y eso, a pesar de las grandes diferencias que pudieran existir entre los partidos, como son dirigidos por políticos, aunque se combatan unos a otros jamás harán nada para su autodestrucción, ni pondrán a depender su futuro de manos que pudieran considerar independientes o ajenas. Se impondrá aquella que les garantice independencia y posibilidades, sean gobierno u oposición. Todo lo que hará más interesante el proceso de discusión de dicha  ley.

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