Los pecados de los ex presidentes…

Los pecados de los ex presidentes…

Con su habitual sagaz parsimonia, Leonel Fernández acuñó –tras repetir la frase hasta el cansancio- que “quien no entienda cómo el PLD ganó en 1996 jamás comprenderá por qué perdió en el 2000”. Análogamente, podría decirse que quien no pueda ver la magnitud de sus defectos no podrá ayudarlo a volver al poder en 2016.

Sus virtudes son harto conocidas, tanto que se dan por sentadas. Un apologista recordó ayer que del 2000 al 2004, bajo el PRD, la pobreza aumentó del 28% al 43% de la población; que en ese período el PIB bajó de US$24,000 millones a US$22,000 millones, mientras tras los ocho años de Fernández hasta el 2012 el PIB subió a US$57,000 millones. Que tras un crecimiento negativo en 2004 (de -0.3%), en el “octenio fernandecino” la economía creció un promedio de 7% anual, alcanzando casi 11% en el 2006. Que el PRD aumentó la tasa de desempleo del 13% al 20% y Fernández la dejó en 2012 en 14%, lo cual es casi inexplicable comparado con el aumento del PIB. Que la seguridad social incorporó a más de cuatro millones de ciudadanos a sus planes médicos, mientras el PRD apenas afilió a menos de 40,000. Que la deuda pública, en términos de porcentaje del PIB, bajó de 48% en 2004 a 44% en 2012…

Pero ese 44% del 2012 es de un PIB que casi triplica el que dejó el PRD en el 2004. Son dos puntos porcentuales menos, ¡pero de un total multiplicado por tres! Con los números casi siempre puede argüirse y argumentarse y enredar a los más incautos, aunque a mi juicio, en el aspecto económico, verdaderamente la gestión de Fernández fue excepcionalmente brillante y fecunda.

Lo que irrita a mucha gente y dificulta la actual gestión del PLD, es que al mismo tiempo que tanta riqueza era creada, al país se le negaran dos de sus más caros anhelos: que la Justicia persiguiera a los impunes y que el amor por la educación se manifestara por vía del presupuesto. Ambas aspiraciones comienzan a cuajar ahora.

Al aferrarse a una defensa de los aspectos menos laudables del gobierno anterior, como por ejemplo la ofensiva riqueza sin aparente causa legítima de algunos gatos, se estrujan los blasones de Leonel Fernández. ¿Insistirá en defender a quienes le dañan? No creo que le convenga…

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