Los peligrosos clichés del FMI

Los peligrosos clichés del FMI

El FMI realiza anualmente una evaluación de las economías de sus países miembros dentro del llamado artículo IV.
Recuerden que hablamos de países miembros, no de una policía internacional que vienen a imponer cosas.
Por eso, los términos usados en sus reportes son manejados con mucho cuidado y delicadeza. A veces se la va un poco la mano cuando ven que nadie les hace caso a sus recomendaciones, pero rara vez pierden la chaveta.
Por ejemplo, un país por más problemas que tenga en su economía, al concluir la misión hay un primer párrafo que es un anestésico.
Veamos que dice el nuestro: citamos “La economía dominicana continúa con un buen desempeño. El crecimiento por encima del potencial en los años 2014-16 se ha visto ralentizado durante el 2017 a causa de una desaceleración cíclica de la demanda interna, el impacto de fenómenos atmosféricos y otros factores. El ritmo de crecimiento comenzó a recuperarse luego de la flexibilización monetaria de mediados del año pasado cerrando en 4.6% en el 2017. Persisten riesgos en torno a estas perspectivas económicas. Los principales riesgos son” el bla, bla, bla que todos conocen (fiscal, reformas institucionales, sector eléctrico, etc. etc.).
Y qué dijo el FMI en su reporte anual sobre México en 1993. citamos:
“Desde 1987, la política económica mexicana ha mostrado una serie de pactos gobierno-trabajo-sector privado sobre precio y restricción salarial, llamado Pactos de Estabilidad, Competitividad y Empleo. El Pacto ha combinado políticas de austeridad tradicional (políticas fiscales y monetarias) y otras medidas pocos ortodoxas (precio, salario y tipo de cambio) donde prevalece una rápida liberalización del comercio. El Pacto ha tenido éxito en reducir la inflación y restablecer la economía, preservando su crecimiento futuro. Entre 1987 y 1993 la inflación se redujo de 159% a 9.5%”.
En todo el reporte, se advierten los mismos riesgos y advertencias de siempre, pero nada sucedió hasta que llegó la catástrofe un año después (1994) que arrasó la economía mexicana y que costó US$60,000 millones, mayormente usado para el rescate de los bancos. Esta crisis se extendió al resto del mundo (efecto tequila) y ni el FMI pudo predecirla.
Por esa razón conviene tener cuidado con los clichés porque obviarlo puede ser sumamente peligroso. Los últimos cinco reportes de FMI dentro del artículo IV advierten exactamente los mismo. Son casi fotocopias. Pero el Gobierno no le pone atención y trata de cubrir los déficits con medidas administrativas que ni aruñan el problema.
El FMI ha sido reiterativo sobre temas críticos como el endeudamiento, alto déficit fiscal, crisis eléctrica, el clima de negocios, los retrasos en importantes reformas institucionales y la flexibilidad cambiaria, elementos que ponen en riesgo la economía dominicana ante potenciales choques externo.
Sin embargo, todo se archiva tan pronto la misión del Fondo abandona el país hasta que vuelva un año después para repetir el mismo cliché.
El tequila es bueno para el ánimo perturbado, pero que Dios nos libre de una borrachera.

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