¡Los peloteros… sí pueden!

¡Los peloteros… sí pueden!

El país tiene motivos suficientes de orgullo, por el desempeño y prestigio de los atletas que militan en las franquicias de Grandes Ligas.

Sus proezas constituyen episodios imborrables en las páginas doradas del béisbol estadounidense.

No es una casualidad que República Dominicana tenga el privilegio de que uno de sus hijos ostente el título de quinto mayor jonronero de todos los tiempos.

Ocupamos también lugar sobresaliente en cantidad de jugadores en las nóminas de los equipos. Solo en la recién pasada temporada 130 peloteros nuestros vieron acción en la Gran Carpa.

Cuatrocientos ochenta peloteros han militado en las ligas mayores, desde que el inmenso Osvaldo Virgil debutara en 1956 con los Gigantes de New York.

Las hazañas de esos atletas, logradas en base a pasión, coraje y disciplina, han tenido sus recompensas. Los jugadores criollos tenían, al abrirse los campamentos en febrero de este 2008, contratos garantizados por más de 571 millones de dólares.

A los millonarios jugadores les asiste todo el derecho de invertir en bienes materiales, áreas o campos de su predilección. Pero deberían tomar iniciativas mayores, para contribuir con el progreso de la nación dominicana.

Existen muchas comunidades desprotegidas, donde pueden impulsar la creación de fuentes de empleos, y evitar que su gente tenga que arriesgar vidas en búsqueda de salud, educación y alimentación que les han sido negadas durante años.

Sería un gesto que quedará grabado en el imperecedero agradecimiento de un pueblo digno de mejor destino.

¡Los peloteros… pueden!

Publicaciones Relacionadas

Más leídas