Un tema crucial que sigue pendiente en República Dominicana es ordenar el uso del suelo, sobre todo ante el auge de desarrollos inmobiliarios que han tomado áreas de vocación agrícola, pese las advertencia de los especialistas.
El destacado biólogo Ricardo García deplora que el crecimiento urbano desordenado haya ido ocupando suelos agrícolas que son la garantía de la sostenibilidad alimentaria del país.
“Si usted recorre el Cibao, sale de Santiago para San Francisco, Moca, La Vega, todo esos suelos que son los mejores del país están cubiertos de infraestructuras”, indica García.
Considera que eso es una muestra de la falta de planificación y de visión para hacer lo que han hecho muchos países, sobre todo en Europa, donde su zona de cultivos son los mismos espacios de hace siglos, mientras que los asentamientos humanos se ubican en los bordes.
García sostiene que hay que hacer conciencia y tomar medidas, sobre todo que la isla cuenta con 23 millones de habitantes más seis millones de visitantes, lo que ubica al territorio de 77,000 kilómetros cuadrados con una densidad poblacional más alta que países como China.
“Eso implica agua, producción de alimentos, entonces tenemos que fijar la atención para conservar esos espacios productivos”. expresa García, tras deplorar que un valle como el de Constanza, principal centro de producción agrícola, se haya reducido.
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Alto valor
El Cibao o región norte alberga los suelos con mayor valor agrícola y luego algunas zonas del sur. Los del este no tienen alta vocación agrícola, sino para siembra de pasto para ganado y caña de azúcar, explica García.
Apunta que cualquier programa de ordenamiento del uso de los suelos en el país tiene que ir acompañado de una política efectiva para la protección de las fuentes de agua, que son las zonas altas.
“Aquí no debiéramos estar permitiendo agricultura por encima de mil metros, esas son zonas que las actividades tienen que ser controladas, no agricultura intensiva que te elimina los bosques y te aumenta la erosión”, comenta García.
Agrega que otra medida que se impulsa en algunos países es el regreso de los cafetales tradicionales bajo sombra, porque se ha demostrado su valor para la conservación de la biodiversidad.
Refiere que en el país se cometió un error con la introducción de una variedad de café de sol y se eliminó una cantidad de bosques primarios, siendo el peor ejemplo la zona entre Casabito y Constanza, donde había unos bosques espectaculares.
Se trata de que se vaya evaluando que cada proyecto a desarrollar tenga criterio de sostenibilidad ambiental, garantizar el uso de los recursos sin que se degraden, disminuyan o desaparezcan, resalta.
Refiere los Objetivos de Desarrollo Sostenible que hacen énfasis en el manejo correcto de los bosques, la sostenibilidad e interacción de los humanos con esos recursos.
Insiste en fortalecer las áreas protegidas porque ellas resguardan biodversidad y no se puede permitir su degradación.
Confía en la buena voluntad de las autoridades de Medio Ambiente que es la institución rectora para la protección ambiental y que requiere de la cooperación de todos.
“Todavía en Dominicana nos falta mucho”.
Valor médico de especies de flora
Las universidades deben investigar las plantas en alianza con centros de investigación extranjeros para conocer los principios activos de plantas que pueden luego usarse como medicamentos.
Al hacer la sugerencia, García expresa que países como España México, Guatemala, Panamá y Nicaragua han comprobado la eficacia de algunas plantas para su uso formal en medicina.
Indica que en el caso dominicano hay un alto potencial con 6,000 especies que se pueden estudiar.
Recuerda que el Jardín Botánico estudió con la universidad Illinois el abey marrón, endémico de la isla y que arrojó ser eficaz contra ciertos tipos de cáncer. García espera se logre patentar y el país se beneficie por ser dueño del recurso, ya que así lo establece el Convenio sobre la Diversidad Biológica.
Investigador
García tiene en su aval haber descubierto o nombrado nuevas especies solo o acompañado.