La niña, Patricia, incómoda, histérica, me voceó que “no todo se aprende con un Phd”, descontrolada, mi pequeña ahijada,  gritaba su amargura porque  cuestionaba lo que me decía su padre: “que aquí no hay científicos capaces de evaluar los impactos de una obra de desarrollo”. Cómo quedar callada frente a tanta ignorancia cuando sabemos, por estar inmerso en el mundo científico, que existe una pléyade de jóvenes involucrados en su superación, cursando postgrados y doctorados para llegar al máximo nivel del conocimiento. Sí aquí hay científicos, sí hay capacidad técnica y además honesta.

Lo que demostró la experticia realizada por las Naciones Unidas es que para analizar un estudio de impacto ambiental de cuatro o cinco volúmenes se requiere de tiempo, de muchos recursos cartográficos, bibliográficos, tiempo y viajes in-situ para poder consultar, cuestionar, hablar, medir, sopesar e ir a los lugares. El análisis que hacen los profesionales contratados por Naciones Unidas es primero un ejercicio de la libertad, libertad de criticar, libertad de decir lo que va mal, lo que no sirve, lo que falta. Qué fácil y liviano es actuar en total libertad, y qué difícil es hacerlo aquí, donde todos los sentimientos se mezclan, donde todos nos vemos, nos conocemos, o mejor dicho cuando aquí nadie es lejano, nadie es desconocido, donde todo se sabe muy rápidamente.

Qué difícil es ser intelectual en nuestro país, qué precio hay que pagar por la honestidad, por el derecho de decir NO o por el derecho de decir qué mal lo están haciendo. Eso es el principal problema de los Estudios de impactos ambientales que requieren de total libertad, de total independencia y sin embargo son los dueños de la obra de desarrollo que los pagan: cómo decir NO en esas circunstancias. Por esos motivos, es necesario que la SEMARENA crea una unidad, autónoma, soberana y constituida por los mejores Phd del país, para evaluar los Estudios de Impactos Ambientales y Sociales y por qué no, implementar ya, los Estudios de Impactos Estratégicos de las políticas públicas.

Patricia, pequeña ahijada, no todo se aprende en Universidad, como nada se hereda, hay que estudiar, hay que superarse con humildad para alcanzar la libertad.