Por M. MÉNDEZ
El secretario de Finanzas, licenciado Vicente Bengoa, afirmó que mientras las personas pobres y marginadas que emigran financian el desarrollo de la República Dominicana y otros países de América Latina, un número reducido de latinoamericanos tienen miles de millones de dólares depositados en los países desarrollados.
Al participar en Francia en el Foro de Biatritz, en representación del presidente Leonel Fernández, Bengoa dijo que con las remesas de los pobres y marginados que emigran en las condiciones más increíbles, poniendo muchas veces en peligro sus vidas, se permite crear las condiciones mínimas económicas y sociales, sobre las cuales es posible la gobernabilidad.
Aseguró que según encuestas realizadas, las remesas constituyen un elevado porcentaje de los ingresos de los hogares que la reciben. En Uruguay representan un 45%, Paraguay 41.9%, Ecuador 35.9%, México 35.6% El Salvador 34.1% y Honduras 33.6%, sostuvo. Dijo que estos flujos de fondos contribuyen a reducir los índices de pobreza, debido a que los hogares receptores utilizan entre el 80% y el 85% en gastos relacionados con los alimentos, vestimentas, renta y pago de servicios.
Entre el 15% y el 20% sólo se destina a la inversión, el ahorro y la educación, por lo que se torna relevante la búsqueda de mecanismos para que estos flujos se vuelvan más productivos y contribuyan efectivamente al desarrollo económico y social de los países que lo reciben, expresó. También señaló que en el caso de la República Dominicana los desembolsos conjuntos recibidos del BID, Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional en el período 1995-2005 fue 2,170.3 millones de dólares; sin embargo las remesas en el mismo período aportaron a la economía dominicana 17,799.9 millones de dólares; o sea, ocho veces más que los organismos multilaterales de financiamiento.
Además fueron superiores en 6,958.4 millones de dólares al total de las exportaciones nacionales (excluyendo Zona Franca) y financiaron el 31% de las importaciones de dicho período, sostuvo. Explicó que esta misma situación se presenta, con ligeras variantes, en la mayoría de los países Centroamericanos y del Caribe. Como se puede apreciar, desde el punto de vista macroeconómico, es clara la importancia de las remesas en el desenvolvimiento económico de los países en vía de desarrollo, precisó.
Según el Banco Mundial en su informe Las Perspectivas de la Economía Mundial 2006, cerca de 200 millones de personas viven en países distintos a su país natal. Las remesas que enviaron en el 2005 llegaron a 230,000 millones de dólares, de los cuales América Latina y el Caribe recibieron el 18.26%, seguido por Asia del Sur con 13.9%.
Bengoa dijo que se estima que los flujos reales en remesas, en el 2005, si se contabilizan aquellas realizadas a través de las canales informales, alcanzarían más de 250,000 millones de dólares. Esto representa la fuente neta más importante de divisas para la mayoría de los países en desarrollo.
Hoy, más de 25 millones de emigrantes latinoamericanos y caribeños forman parte de una significativa y creciente diáspora mundial, de los cuales 22 millones se encuentran en las economías desarrolladas de América del Norte y Europa, el resto están ubicados en países limítrofes, agregó. Planteó que las remesas en América Latina se han más que triplicado en valor desde la década pasada, siendo su tasa de crecimiento mucho más acelerada que la de la migración al pasar de 13,400 millones de dólares en 1995 a 42,400 millones en el 2005.
El rol que juegan las remesas en las economías de los países de la región Latinoamericana y del Caribe es mucho más importante que el papel que tiene la inversión extranjera directa, las inversiones internas tanto pública como privada, y la ayuda para el desarrollo que reciben, sostuvo Bengoa.