Los pobres:  solos y abandonados

Los pobres:  solos y abandonados

A pesar de que en este país se ven por las calles vehículos costosos y aunque se construyen torres, apartamentos y casas de lujos, el grueso de la población sufre los estragos de una pobreza que no cede y que parece nunca encontrar el final.

La gente aquí sobrevive a duras penas.

No importa donde usted trabaje ni lo que haga, el dominicano está infernalmente condenado a que cuando ya no pueda seguir saliendo a las calles a conseguir con qué sostenerse, termine sin nada que le garantice el cuidado de su salud, la provisión de sus medicamentos, una jubilación, un techo donde pasar la vejez y un cuidado digno.

Este es un sistema maldito y que sólo garantiza el aniquilamiento de la dignidad humana.

Aquí nadie puede dormirse pensando que el Estado o alguna entidad va a hacer algo por usted cuando ya no tenga fuerzas para seguir batallando en el día a día.

Los únicos que tienen su mundo arreglado, en este sentido, son algunos hombres de gobierno y los grandes capitalistas.

Tienen mucha razón los obispos cuando en su recién carta pastoral hablan de la condición deplorable en la que vive la nación dominicana en estos momentos.

Pero, notemos que esta es la única voz que se escucha en medio de todo este tétrico panorama.

Los sectores manejadores del poder, de los recursos económicos fuertes-oligarquía- y muchas de las fuerzas vivas, no dan muestra de preocupación alguna ante el estado de abandono, carencia, descuido y visión pobre de futuro en que se encuentra este país.

Lo que se aprecia, es que cada quien está por lo suyo.

Los pobres condenados, parecen estar solos y sin la más mínima capacidad de incidir en pro de un mañana diferente. 

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