Los poetas, el lenguaje simbólico y el cerebro

Los poetas, el lenguaje simbólico y el cerebro

Los poetas usan con licencia el lenguaje simbólico; me declaro admirador de la poesía. Veamos dos ejemplos de poetas excelsos, ambos bardos y son mis distinguidos amigos: el primero José Mármol, de su obra «Yo, la isla dividida», el poema «Palabra y vacío»: Todo conspira contra nuestro amor, cultura. Un tsunami de vocablos en el reino digital, y el sentido se desliza de la forma de lo sido y se arrulla en sordera de vacío y de no ser.

Palabras en la boca a la hora de la luna. Cuando algo no se mueva empieza a sospechar. Pero nada era dicho jamás ni develado. El sonido es vacío. El silencio, plenitud».
El segundo poema es de la autoría de Virgilio López Azuán, de su obra: «Paraíso de la imagen», su poema «Es mejor y lo digo, amarse intensamente»: «Es mejor, y lo digo, amarse intensamente, besar estos rayos, los misterios que fluyen tan limpios, tan cristalinos que nos invitan a fabricar la vida en un verso donde cabe todo. Si falta la imagen la nada entra en forma de vacío transfigurada del todo, y entonces quedamos con la boca abierta sin palabras que decir como tibios expectantes (…)»

Consideraremos la mente preconsciente e inconsciente. Hay diferentes ángulos de enfocar el lenguaje simbólico, el lenguaje imaginativo que bien usan como nadie los poetas. Los aportes en esa investigación han recibido auxilio de la hermenéutica, de la antropología y de la neurología fundamentalmente. Ese lenguaje poético está basado en asociaciones y analogías. El concepto de «asociaciones» de los bardos puede considerarse desde el punto de vista de la literatura y la psicología. En psicología, hay: asociaciones de conductas, la asociación de ideas y la tercera la asociación libre.

Desde la perspectiva psicoanalítica existen dos tipos básicos de redes de asociación mental, las asociaciones secuenciales y la asociación centrada. La primera, se inicia con un disparo inspirador cuando las musas aparecen, la segunda la agrupación centrada, genera la asociación de múltiples ideas de palabras asociadas. Para que estos juicios de inspiración sean totalmente fructíferos conviene suspender en ellos los juicios de valores.

image 2 3

Cuando el poeta evoca un sueño propio, «evocar» es llamar la memoria, «exvocare» es llamar fuera lo que pasa en las actividades sensoriales. La realidad que percibimos con los sentidos y pasa a través de nuestro andamiaje sensorial e intelectual, como se ha dicho a través la entonación poética, es la «viva imagen del alma».

La simbolización, las representaciones imaginativas, las fantasías, la capacidad de soñar nos permite exteriorizar nuestras interioridades que de otra forma quedarían ocultas en el cerebro.
¿Cuál es la diferencia del cerebro del artista que crea, el cerebro del filósofo pensante, con el del hombre común? Explorando nuestros recónditos recuerdos nos permite codificar en nuestras fantasías. Ellos con más neuronas (activas) en las áreas de Broca para coordinar las palabras, el área amigdalina y el hipocampo para una mayor emoción y sensibilidad, esas que nos llevan a estímulos arquetipos de imaginación que son comunes y posibles a todos los seres humanos (todos nacemos con iguales condiciones), pero ¿por qué en los poetas y los pensantes, están más desarrolladas esas áreas? Lo hacen: por sensibilidad, por memoria y por aprendizaje.

Ahora entendemos los factores que participan en los distinguidos poetas, los escritores de fina pluma, los filósofos, ellos pueden manejar las letras y los colores mejor que ningún otro humano. Ahora sabemos por qué las letras en ellos adquieren música, encantos y pirotecnia. Solo ellos, los poetas y los humanistas, son quienes desnudan las palabras, para hacerlas musas carnales como la venus de Citeres para que nosotros, los neófitos, podamos danzar con ellas, hacerlas espejismo y convertir la prosa en carnavales de emociones para gratificar el pensamiento y así poder viajar a otras tierras, a otros mil lugares, los que por el embeleso que nos extasía, jamás se harían inveterados ¡Viva la poesía, la inteligencia y el pensamiento humano excelso!

Más leídas