Los políticos continúan
hundiendo al país

Los políticos continúan<BR> hundiendo al país

En estos días de octubre los dominicanos hemos estado muy entretenidos con el quehacer de los políticos, que ya no ocultan sus ambiciones desmedidas y de las maniobras que realizan, para lograr sus objetivos del disfrute pleno de los recursos públicos. 

Hemos quedado asombrados de cómo un político oriental, al mismo tiempo que se burla de sus fieles y domesticados votantes en la provincia de La Altagracia cuando lo eligen senador, declina para ampliar una base política de un fallido sueño presidencial, apoyado en lo que él cree le proporciona la Liga Municipal Dominicana, desde la cual, según la Cámara de Cuentas, emana un enorme cúmulo de irregularidades muy severas y realizadas a las claras.

El PLD, actuando como una aplanadora desde el Congreso, ya eligió a su Junta Central Electoral, bendiciendo a sus fieles miembros que lo habían sido de la anterior y consolaciones a los otros dos partidos de la oposición. Así los políticos mantienen su arrogancia de actuar como les venga en ganas, con desprecio al país, creyendo que estamos obligados a someternos a sus maniobras.

Ya en el Ayuntamiento de Santiago comenzaron mal con compras millonarias directas de vehículos y golosas alzas de los sueldos de los regidores, de lo que una vez eran honoríficos y eran las personas más representativas de las comunidades. Los regidores de ahora ninguno se coloca al lado de los que, en otras épocas, les daban brillo a los cabildos.

Los políticos están envalentonados, estén en el gobierno o en la oposición, y su quehacer es trabajar como si la población debe aceptar sumisamente sus barbaridades con los recursos públicos. Por igual, se destacan esas maniobras de compra y venta de adhesiones políticas, así como sus maniobras para buscar las prebendas más curiosas, muchas de las cuales permanecen ocultas en admirable complicidad, tanto del oficialismo como de la oposición. Lo de menos es cuando algunos de ellos se les pagan los tratamientos para las enfermedades catastróficas en el exterior.

También se les permite utilizar las dependencias públicas para colocar cientos de sus seguidores en cargos innecesarios, sin que el Presidente de la República tome las medidas de lugar.

Y lo grande de los pensamientos de los políticos, inmersos en una prematura campaña política para las elecciones del 2012, está el de los reformistas, luchando desesperadamente para no desaparecer y ser devorados por las fuerzas políticas, que antes arrollaban, pretendiendo asustar a un PLD que ya conoce muy bien del disfrute del poder, como lo ha hecho el PRD en las ocasiones que les ha tocado repartirse el pastel del presupuesto nacional.

Antes, muchas veces, se buscaban a personajes ajenos al quehacer político, y por sus capacidades y arraigo ciudadano, los gobiernos de turno utilizaban sus servicios. Ahora cada Ministerio, y ciertas direcciones generales, tienen un precio, y el agraciado es premiado por su lealtad, por su proselitismo, por los recursos que recaba con sus amistades y relacionados, poniéndolos en manos de su líder y al poco tiempo vemos a los funcionarios opulentos y exhibiéndose con los mejores trajes, disfrutando de los manjares más exóticos y cotizados de los restaurantes de lujo de la capital y los resorts del Este.

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