Los políticos están empujando a América hacia atrás

Los políticos están empujando a América hacia atrás

Clive Crook
La economía de Estados Unidos está mostrando señales de vida, pero la expansión todavía es tentativa. Ese es el mensaje de los más recientes indicadores. El Congreso y la Casa Blanca no tienen la intención de mejorar las perspectivas del país y pueden optar por hacer las cosas peor. Ese es el mensaje de Washington, D.C.

Primero las buenas noticias. La tasa de desempleo de E.U. bajó hasta un 8.9% en febrero, el punto más bajo por alrededor de dos años. Las nóminas no-agrícolas del sector privado se extendieron por más de 200,000. Alrededor de 100,000 nuevos empleos al mes se necesitan para que el empleo mantenga el ritmo con la creciente fuerza laboral, un ritmo que la economía mayormente ha estado perdiendo desde que comenzó una vacilante recuperación en la producción en el 2009. La creación de empleos a la tasa más saludable de febrero puede cerrar la brecha, aunque sin aceleración adicional esto tomará más de diez años. 

La recuperación aún a ese ritmo, sin embargo, no puede darse por sentado. La expansión está todavía en riesgo de decaimiento. El mercado inmobiliario, donde comenzó el problema, está lejos de ser reformado.

El Índice de Precios.   El índice de precios de vivienda Case-Shiller ha estado bajando nuevamente en los últimos meses. Según las estimaciones plausibles, este puede tener otro 20% para seguir moviéndose. Ya, aproximadamente un cuarto de las hipotecas residenciales son adjuntadas a las propiedades que son de menos valor que los préstamos pendientes. Las ventas de nuevas viviendas están bajas, al igual que las aplicaciones de nuevas hipotecas.

Índice de Confianza.  Después de meses de mejoría gradual, la confianza en el consumo también ha caído recientemente, de acuerdo a Gallup.

El índice de confianza económica de los encuestadores combina una medida de sentimiento de consumo en las actuales condiciones con otras que lucen en las proyecciones.

 Las pasadas dos semanas han visto una fuerte reversa, principalmente guiada por el empeoramiento de las expectativas, Gallup dice que la disminución está probablemente ligada al reciente aumento en los precios de la gasolina y a las luchas en las finanzas públicas en Washington y en las ciudades y Estados a lo largo del país.

Esto parece demasiado formidable. De hecho, la política pública se está apoyando contra la recuperación en tres formas distintas.

Primero, el gasto del estímulo que comenzó en el 2009, mucho del cual se canalizó a través de los Estados, se está desvaneciendo. Segundo, la nueva mayoría republicana en la Cámara de Representantes tiene la intención de acelerar bruscamente este declive.

 Más posiblemente, los demócratas conocerán en parte las demandas del Partido Republicano o verán que el Gobierno dejará de funcionar. Tercero, más allá del corto plazo, la política fiscal a nivel federal y estatal es una caja negra. Nadie sabe qué esperar de los impuestos o del gasto. ¿Cuán lejos aumentarán los impuestos? ¿Serán pagadas las pensiones de los trabajadores del sector público? ¿Qué surgirá de la Seguridad Social? Eso nadie lo sabe.

Estos factores interactúan en formas que algunas veces son obvias, algunas veces no tan obvias. Simplemente, la flexibilización del desembolso del estímulo federal es la razón de que muchos Estados están teniendo que reducir su gasto tan profundamente, de ahí la batalla con los sindicatos del sector público. Los gobiernos estatales y locales están reduciendo los empleos aún cuando se recuperan los empleos privados. (Sus nóminas disminuyeron por 30,000 en febrero).

Para un vínculo más sutil entre la parálisis política fiscal y la decadente recuperación, hay que considerar un aspecto de las nuevas cifras del empleo: la participación de la fuerza laboral de Estados Unidos ha bajado en los últimos años.

Desde que la recesión comenzó esta ha bajado adicionalmente, de manera especial para los hombres que no tienen más que la educación secundaria.

En 1970, aproximadamente 80% de los bachilleres en edad trabajadora tenían un empleo de tiempo completo; hoy, menos de un 60% lo tienen. Las cifras del desempleo sólo cuentan las personas que buscan empleo. Muchos de los que no tienen trabajo a tiempo completo ni siquiera están buscando.

¿Cómo se apoyan los refugiados del mercado laboral? Una respuesta es en el mercado prematuro. La proporción de americanos que toma el seguro social a la edad más temprana permitida, 62 años, en las normas actuales, está creciendo, aunque esto reduce sus beneficios. También ha aumentado el número de los que se retiran antes de esa edad y que reclaman beneficios por incapacidad.

La palabra en la industria de planeación financiera es que la incertidumbre en la seguridad social es el factor de persuadir a algunos a detenerse de buscar empleo y que en cambio se retiren. Obtenga los beneficios que pueda mientras el sistema esté ahí, parece ser la forma de pensar.

El resultado: La pérdida permanente de mano de obra, la reducción de la base fiscal que empeora adicionalmente la perspectiva fiscal, y el endurecimiento al estilo europeo de las arterias económicas.

De igual forma, bajo la superficie de una recuperación vacilante, la economía de Estados Unidos está sufriendo perjuicio a largo plazo. Washington podría estar manteniendo apoyo fiscal para los Estados, ampliando sus intervenciones en el mercado laboral,  e incrementar sus hasta el momento tímidos esfuerzos para estabilizar el mercado inmobiliario por medio de la estimulación a las amortizaciones hipotecarias. Esta responsabilidad fiscal a corto plazo podría estar vinculada a la reforma de prestaciones a largo plazo, no sólo a consecuencia del balance fiscal sino para disipar la incertidumbre. Una revisión fiscal comprensiva se necesita también, por las mismas razones, y que de ese modo los ingresos puedan aumentar para cubrir el gasto sin presionar al aumento de las tasas de impuestos.

Por ahora, el Congreso y la Casa Blanca no están discutiendo nada de esto. Los republicanos de la Cámara están obsesionados con las reducciones de gastos inmediatos, y continúan amenazando con un paro a menos que terminen saliéndose con la suya.

El presidente Obama se queda al margen, mientras los demócratas en el Senado buscan un compromiso a corto plazo.

Las claves

1.  Lucha conjunta

Mientras las compañías y trabajadores del país luchan con profundos y urgentes problemas económicos, sus líderes realizan su cómica ópera de evitar un paro, una crisis de su propia invención, un producto de sus maquinaciones patológicas. Si Estados Unidos pasa esta prueba sin daño permanente, no será gracias a sus políticos.

El sector servicios comenzó  debilitarse en enero

El sector de servicios se debilitó el mes pasado, de acuerdo a un índice seguido muy de cerca, agregándose a los temores de que una gran parte de la economía estaba en débil forma aún antes de que llegaran los recortes acelerados en el gasto público. 

El índice de directores de compra para los servicios cayó desde 54.5 en enero hasta 52.6, donde una cifra de más de 50 indica que las compañías están reportando aumento en la actividad.  El índice ahora está muy por debajo de su promedio a largo plazo de 55.1 e indica que, después de rebotar en el primer mes del año, luego de un diciembre afectado por fuertes nevadas, el sector de servicios ha retornado a las lentas tendencias vistas desde finales del pasado verano.

El empleo bajó por quinto mes consecutivo, aunque a un ritmo más lento. Los precios de entrada quedan elevados, subrayando el riesgo de lento crecimiento y una inflación más alta que enfrenta la economía.

 “Con la actividad sin aumentar lo suficiente para generar crecimiento en los empleos, permanece la preocupación de que el sector privado en general luchará para compensar las reducciones de empleos del sector público”, dijo Paul Smith, economista en Markit, la compañía de encuesta que produce la encuesta PMI.  El sector de servicios fue la fuerza clave detrás del sorpresivo declive en el producto interno bruto en el cuarto trimestre del año pasado.

Las más débiles cifras del PMI respecto los servicios le siguen a los números más robustos para la manufactura y la construcción.

Aunque el crecimiento parece débil en el sector de servicios, hubo algunos elementos estimulantes para el reporte. El subíndice del PMI para las nuevas empresas estuvo en 53.4, ligeramente por debajo de 54.3 en enero, pero, aparte de eso, el mayor crecimiento desde el pasado junio y no muy por debajo del promedio a largo plazo para el índice.    

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Nivel de confianza empresarial

La confianza empresarial no está lejos de su promedio histórico y, aunque los precios de entrada están creciendo rápido, las compañías no parecen ser capaces de pasar los aumentos a sus clientes mientras los precios cargados se estén incrementando a cerca de tarifas normales.

El economista Paul Smith

Dijo que las cifras combinadas para los servicios, la manufactura y la construcción, por los primeros dos meses del año señalan un crecimiento de cerca de  0.5% a lo largo de la economía durante en el primer trimestre.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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