Fiona con su enorme cantidad de agua derramada en la llanura oriental del país y con sus poderosos vientos, nos dejó lecciones que deberían servir de enseñanza para corregir la indolencia con la cual nos integramos de reparar destrozos y volver de nuevo a los mismos errores de conducta en viviendas en lugares inhabitables.
Por un lado están las angustias de los sectores más pobres viviendo en zonas prohibidas a orillas de los ríos y cañadas en donde construyen sus ranchos, que en caso de crecientes, deben abandonarlos con temores, ya que la abundancia de los antisociales que abundan en esos barrios con la llegada de un fenómeno atmosférico es para arrasar con sus ajuares y es razón por la cual la gente rehúsa dejar abandonados sus ranchos supuestamente bajo la vigilancia de las autoridades.
Las autoridades por conveniencias políticas nunca prohíben drásticamente esas construcciones y luego después del paso del mal tiempo es proporcionarle el material para reconstruir sus ranchos dándole la madera, cinc, bloques y cemento para reconstruirlas con la misma precariedad y a la espera del próximo fenómeno climatológico que se repite casi anualmente. Y los políticos inundan las redes y demás medios de comunicación masiva de su gran altruismo y eficiencia en acudir en ayuda de los infelices que como material electoral disponible para aupar aspiraciones de los aspirantes a los cargos importantes. Se toma en cuenta su supuesta generosidad al repartir materiales, comidas y ropas para los infelices que están perturbados por sus pérdidas.
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Las autoridades cubren así su irresponsabilidad para que esa pobreza permitida en orillas de los ríos y cañadas que sirve de material para programas de ayuda. No se dan cuenta que ellos son los responsables de ese crimen por no hacer cumplir las leyes de la prohibición de construcciones a orillas de ríos, cañadas y playas. Es un descuido criminal ya que la supuesta ayuda para la reconstrucción es en los mismos sitios prohibidos.
La ayuda se pregona alegremente y destacando la bondad del gobierno para rescatar a los damnificados. Los políticos gozan con los males ajenos y no los resuelven definitivamente. Al año siguiente se agrava la frecuencia de mas damnificados y mas aguda es la situación de los pobres que la arrastran de acuerdo a la bondad dirigida de los políticos para alcanzar sus objetivos de asegurar el poder o alcanzarlo.
Es con el apoyo de la masa silente que espera la magnanimidad de los políticos que se creen predestinadas y buscan conservar su liderazgo aun cuando sea en base a las desgracias de los pobres. Los políticos conscientes de la realidad de la pobreza y con sus debilidades mas perentorias de tantos años ese ha sido el accionar de ellos. Es que todos se apoyan en la miseria ancestral del dominicano que casi ya no se conforma con una funda de comida o de ajuares para sus ranchos destruidos. Pero ahora espera que se les abra la cartera para dar satisfacción a otras necesidades. Su permanencia sobre los pobres gobernados que esperan las dádivas que es para apoyar su proyectos políticos ajustado al interés particular de los políticos en el gobierno de turno.