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Cien días es el período tradicional de luna de miel entre gobierno y oposición en las democracias occidentales; ya concluido se inicia la evaluación crítica de la gestión de gobierno, y en el caso del presidente Barack Obama sus acciones en materia económica, políticas sociales y relaciones externas han sido bien recibidas, se siente la impronta de un estadista y el nivel de aceptación crece a la par que la popularidad mundial.
El principal punto de agenda es superar la recesión y Obama logró la aprobación congresional de su plan de estímulos fiscales por un monto de US$780,000 millones, que además de los recortes impositivos a familias y pequeñas empresas como el anterior plan Bush, contempla inversiones en infraestructura y energía, destacándose el énfasis en transformar la matriz de generación eléctrica con la finalidad de reducir la dependencia del petróleo y disminuir las emisiones contaminantes.
En este periodo el Secretario del Tesoro Timothy Geithner delineó el plan de estabilización financiera (FSP) que contempla hasta dos trillones de dólares provenientes del Tesoro, la Reserva Federal y el sector privado dirigidos a comprar activos tóxicos y estimular los financiamientos al consumo y la inversión.
En materia de política social, Obama promulgó la ley para aumentar la cobertura de salud a once millones de niños con impuestos a las tabacaleras, levantó las prohibiciones a las investigaciones con células madres, reanudó las ayudas a las ONG dedicadas a la planificación familiar, mientras trabaja para una reforma a la salud con la finalidad de que todos los norteamericanos disfruten de un seguro médico.
El Presidente ha trabajado con la finalidad de aliviar tensiones heredadas de la administración Bush, por ejemplo con la orden que invalida torturas y escuchas telefónicas ilegales, aprovechó el año nuevo Iraní para ofrecer una nueva etapa en las relaciones bilaterales, flexibilizó el embargo a Cuba y comenzó a romper el hielo con Chávez; pero demostró decisión y voluntad al enfrentar los ataques de piratas Somalíes en el Océano Indico.
La participación de Obama en la cumbre del G-20, en la Cumbre de la OTAN, con la Unión Europea, así como la mas reciente V Cumbre de las Américas puso de manifiesto que estamos en presencia de un líder global, responsable de dirigir la primera potencia mundial, pero también consciente de la necesidad de compartir las decisiones en un mundo multipolar.
Los primeros cien días de Obama han contribuido a iniciar la recuperación de la confianza, a mejorar la imagen de los Estados Unidos y a mostrar resultados positivos de una gestión que podría convertir al primer ocupante afroamericano de la Casa Blanca en el Franklyn Delano Roosevelt del siglo XXI.
