Los primeros treinta días

Los primeros treinta días

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
El gobierno del presidente Fernández, a diferencia de su primera gestión en 1996, ha arrancado a toda máquina creando su maquinaria burocrática ya que de repente tiene un partido con demasiados miembros, en que el clientelismo no lo pudieron extirpar en los adoctrinamientos, si es que hubo tiempo para ellos, y sin la disciplina que en otrora caracterizaba al PLD cuando se consideraban como los únicos honestos entre los dominicanos.

Los peledeístas no son diferentes a los demás dominicanos. Demuestran sus mismas pasiones y debilidades en la conducta, cuando desesperados, reclaman empleos y posiciones en el tren burocrático, al considerarse merecedores por haber voceados en la manifestaciones, participación en caravanas y votado el 16 de mayo pasado. Así mismo, se comportan los de los movimientos de apoyo y de los partidos simpatizantes que no quieren verse apartados del pastel gubernamental, de donde están surgiendo muchas distorsiones, distintas a lo que el presidente, en su magnífico discurso inaugural, enfatizaba ante la Asamblea Nacional.

Los pasados treinta días han sido de una lucha intensa por la cacería de posiciones, y los pasillos palaciegos de los departamentos oficiales, están llenos de los peledeístas reclamando su premio por la lucha electoral triunfadora, pero parece que los cargos se han ido extinguiendo y solo queda el recurrir a medidas drásticas de ocupar oficinas en los pueblos e impedir que los incumbentes realicen su trabajo.

No hay dudas que el presiente Fernández ha sido generoso con sus compañeros de partido y algunos de sus aliados, ya que el raudal del nombramientos va en contra de los afirmados por él en su discurso inaugural. Hay diversos cargos diplomáticos y consulares, que debieron ser suprimidos; se nombra a quienes lo apoyaron, y hasta en mayor número; por igual se ha superado, en algunas secretarías de Estado, la cantidad de subsecretarios a lo que establece la ley, lo cual preocupa a quienes creyeron que la austeridad iba a ser la norma de esta administración, que si bien ha incurrido en esos excesos de cargos, ha logrado ir podando la maquinaria burocrática que exhibían abiertamente grandes volúmenes de personal, como lo atestiguen los funcionarios cuando dicen de las barbaridades encontradas destacándose lo ocurrido en la OMSA y en el ministerio de Cultura.

Pero las acciones positivas de los pasados treinta días, como ha sido la dramática reducción de la prima del dólar, con el consiguiente abaratamiento de muchos productos y de los combustibles, es una nota muy positiva que le da un respiro al gobierno cuando el problema del gas se le complica cada semana debido a lo absurdo del manejo de su despacho y del subsidio, ya que nadie concibe de como una entidad pierde dinero cuando todo lo cobra al contado en las ventas de combustibles, al menos que sea por la mora del gobierno en cubrir el subsidio del gas que se le suministra a los choferes y a las amas de casa.

El notable mejoramiento del suministro de energía, ocurrido después del 20 de agosto, duró lo que una cucaracha en un gallinero; de nuevo estamos padeciendo los apagones que demuestran que el dinero está escaso, pese a que se dice que el país le ingresan diariamente unos $40 millones de dólares, pero nadie sabe por qué canales subterráneos se escapa hacia el exterior o van e engrosar las bóvedas particulares a la espera de movimientos radicales de la tasa de cambio.

De todas maneras, las acciones del jefe policial para domesticar a la indomable institución, cuajada de oficiales que se aprovecharon de los vehículos robados y recuperados por la institución, impactó favorablemente en la opinión pública, que así veía que se aplicaría la tolerancia cero a la delincuencia, se avizoran acciones más contundentes en contra de importantes funcionarios que cometieron actos muy repudiables en los pasados cuatro años, que salpican a ese gobierno a todos los niveles.

La confianza ha ido retornando poco a poco y se nota una mayor seriedad en las cosas del Estado, que se refleja de como actúa de nuevo el sector privado. Lo único criticable al gobierno es que haya puesto todos sus huevos en la canasta de la reforma fiscal, a nombre de que no solo esa es la vía de que el FMI abrirá su llave para hacer llegar recursos frescos, cuando tal cosa podría encauzarse de otra manera, apoyándose en el prestigio del presidente, que está enderezando al país y a su economía, sin tener que recurrir a la dolorosa medida de una reforma fiscal, que impactaría negativamente en la vida nacional similar a lo ocurrido en los cuatro años perdidos de la administración perredeísta y pepehachista de Mejía.

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