Los problemas de la Internacional Socialista

Los problemas de la Internacional Socialista

En Europa los partidos miembros de la Internacional Socialista (IS) tienen serios problemas. En las elecciones alemanas de finales de septiembre Angela Merkel, líder de los democristianos, se quedó en el poder, pero en base a una nueva coalición con los liberales demócratas libres, mientras que los socialdemócratas de la IS apenas lograron un 23% del voto, su nivel más bajo desde 1932.  Llevaban 11 años en el poder. Todavía algunos recordamos la visita a nuestro país de Willy Brandt, invitado por Peña Gómez, líder entonces de ese partido.

En España, el gobierno socialdemócrata del PSOE, el que una vez lideró un Felipe González que hoy en día se dedica a cabildear a favor de grandes empresas españolas y latinoamericanas como las del mexicano Carlos Slim, enfrenta una crisis de confiabilidad.  Las encuestas indican que si ahora hubiera elecciones las ganaría el partido opositor encabezado por Mariano Rajoy.  La mayoría no tiene confianza en cómo Rodríguez Zapatero maneja la crisis económica.  Su gran suerte es que Rajoy es visto como poco capacitado y sin mística.

En Inglaterra el gobierno laborista socialdemócrata de Gordon Brown es extremamente impopular y todos asumen que las próximas elecciones las ganarán los conservadores.

Es cierto que los muy recientes sufragios en Portugal los ganó José Sócrates, el incumbente, pero en base a una reducción en los votos sacados por su partido socialdemócrata, lo que tal vez lo obligue a pactar con la extrema izquierda, o la derecha, para poder controlar el Congreso.

En Grecia el partido de derecha, otra víctima de la crisis internacional, perdió las elecciones, pero en este caso los ganadores fueron los socialdemócratas.  En Francia, los líderes de la Internacional Socialista, como Chirac, están de capa caída.

En el caso de Inglaterra, España y Portugal luciría que la reducción en la popularidad de sus gobiernos, ligados los tres a la Internacional Socialista, se debe a la crisis económica mundial y esa misma razón se aplica al cambio de gobierno en Grecia.  Por más sofisticados que sean sus votantes no culpan por la crisis a los banqueros norteamericanos por haber hecho malas operaciones y al gobierno de ese país por no haber logrado impedirlo, sino a sus propios gobiernos. Esta situación se parece mucho a la de 1984-1986 cuando la crisis económica de la época provocó que en 15 de 16 países donde se celebraron elecciones, en todos, menos uno, perdiera el partido gobernante, siendo la excepción Israel, en donde la política exterior, no la economía, es lo más importante.

Luce que en Chile las elecciones de noviembre las ganará el partido conservador oposicionista.

¿Cómo afectará la crisis internacional nuestras elecciones congresuales dentro de ocho meses?  ¿Serán más decisivos para nuestros votantes los liderazgos locales que el manejo de la crisis por parte del gobierno y los niveles de desempleo?  ¿Se recordarán los votantes más de la crisis del 2003, cuando el PRD estaba en el gobierno, que en la actual?

En las congresuales del 2002 el PRD resolvió el asunto emitiendo bonos soberanos los cuales se gastaron en meses previos a las elecciones en pequeñas obras por todo el país y el resultado fue que lograron aumentar su representación en ambas cámaras.

Luce que el PLD aplicará la misma fórmula pero con más sofisticación, emitiendo mil millones de dólares en bonos soberanos a principios del 2010 y, a través de encuestas, verá en cuáles provincias sus candidaturas están débiles y será allí donde se arreglarán caminos, contenes y aceras.

La noción es que los gobiernos no tienen que manejarse bien y con honestidad y que sólo es necesario endeudar aun más al país en moneda extranjera y con esos recursos hacer creer al votante, a través de obras en su comunidad, que el gobierno merece su apoyo.  El PRD no puede protestar pues fue originalmente el de la idea.

La cifra clave tal vez sea el nivel de abstención de una población asqueada de la política de ambos partidos.

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